Banca
Tipos de interés, realidad otra vez
Todavía habrá una o dos alzas más de tipos de interés, pero el tope está cercano
Eugen von Böhn-Bawerk (1851-1914), fue ministro de Economía de Austria (1895-1904) y uno de los precursores de la Escuela Austríaca, defendía que «el nivel cultural de una nación se refleja en su tasa de interés: cuanto mayor sea la inteligencia y la fuerza moral de un pueblo, menor será la tasa de interés». El día después del día después, la realidad y las cosas de comer vuelven a llamar a la puerta. El jueves, el Banco Central Europeo que preside Christine Lagarde, subirá otra vez los tipos de interés, sin duda hasta el 4,25% y algo similar, pero ya sobre el 5%, la Reserva Federal americana, que lidera Jerome Powell. Toda la financiación se encarecerá y, por supuesto, las cuotas hipotecarias, que suele ser lo más llamativo en países como España, adicta a la inversión inmobiliaria, ya sea como vivienda, como ahorro o como negocio. Las empresas, grandes o pequeñas, también sufrirán los efectos, pero es la medicina –dolorosa– para intentar acabar con la inflación, que es el verdadero mal que hay que combatir.
A pesar de todo, los tipos de interés, tanto en la zona euro como en Estados Unidos, son más que moderados y se mueven en unas bandas bajas en términos históricos. El delirio del dinero gratis o incluso negativo, aunque demasiado prolongado, no fue más que un periodo excepcional y también irrepetible. Era un contrasentido que, eso sí, atrapó a ingenuos y a algunos que se pasaron de listos. Ningún empresario podía pensar que era una situación sostenible y hasta el menos instruido que solicitaba una hipoteca tenía los medios para saber que, si la contrataba a tipo variable, antes o después los intereses subirían. Todo indica que todavía habrá, quizá, una o dos alzas más de tipos de interés, pero el tope está cercano. España, porque forma parte de la eurozona, disfruta, con diferencia de los tipos de interés más bajos de su historia, a pesar incluso de las políticas expansivas –de gasto a manos llenas– del Gobierno actual y, con toda seguridad, del siguiente que, sin embargo, tendrá que hacer algún ajuste obligado por su pertenencia al euro. La otra opción, descartada, es la viga argentina o venezolana, que ya se sabe a donde conducen, a la desaparición de esa fuerza moral que permite tipos de interés bajos, como explicaba Von Böhn-Bawerk.
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