![Un hombre en manga corta pasea por una calle de Madrid](https://fotografias.larazon.es/clipping/cmsimages02/2025/02/12/E50A9933-DA99-4A39-A0AD-8C70DA94860E/hombre-manga-corta-pasea-calle-madrid_66.jpg?crop=1282,1282,x320,y0&width=150&height=150&optimize=low&format=webply)
Divisas
El Superdólar de Trump
Los anuncios proteccionistas del presidente de Estados Unidos dibujan un horizonte inflacionario y de tipos de interés altos que han puesto al euro y al billete verde en el camino de la paridad
![El Índice DXY se ha apreciado un 8% desde octubre](https://fotografias.larazon.es/clipping/cmsimages02/2025/01/25/CB7290C0-EA32-4E48-89C0-08148AA631B3/indice-dxy-apreciado-8-octubre_98.jpg?crop=4592,2584,x0,y235&width=1900&height=1069&optimize=low&format=webply)
«De manera crítica, debemos asegurar que el dólar estadounidense siga siendo la moneda de reserva mundial». Ese fue uno de los principales mensajes que envió Scott Bessent, el elegido por Trump para ser secretario del Tesoro, en la audiencia ante el Comité de Finanzas del Senado. Con esta afirmación, el fundador de la firma de macroinversión Key Square Group, que fue gestor estrella de Soros y, ahora, uno de los hombres fuertes del nuevo presidente, dejó entrever que la Administración «Trump 2.0» apuesta por fortalecer la posición económica y geopolítica de Estados Unidos y por contrarresta los intentos de desdolarización que podrían debilitar su influencia en el sistema financiero internacional. Las palabras de Bessent recuerdan a las de Robert Rubin, el responsable de las finanzas nacionales durante el mandato de Bill Clinton que, durante los cuatro años que manejó los designios económicos del país estadounidense (1995-1999), no se cansó de repetir que «un dólar fuerte es de interés nacional para Estados Unidos». Rubin pensaba que una divisa con músculo refleja la solidez económica de EE UU, ayuda a controlar la inflación y estabiliza los mercados internacionales, además, de favorecer las importaciones y proteger el poder adquisitivo de sus ciudadanos.
Con una economía que actualmente supera a la de sus pares, Estados Unidos se ha convertido en un imán para los inversores mundiales que buscan mejores retornos, pero también seguridad en un entorno marcado por la incertidumbre.
Cambio en los flujos
De esta forma, el dólar se está beneficiando de un cambio en los flujos de capital, y ya absorbe más del 30% de los mismos, frente al 18% del periodo prepandemia, una tendencia que se han intensificado desde que Donald Trump se proclamó vencedor de la elecciones el pasado noviembre. Desde octubre de 2024, el índice DXY, que mide los rendimientos del dólar frente a las divisas de los principales socios comerciales estadounidenses, entre ellos el euro, el dólar canadiense, el yen, el franco suizo, la libra esterlina y la corona sueca, se ha revalorizado un 8%, y demuestra el interés que suscita la moneda americana.
Los anuncios de Trump en relación a la política comercial, que abocan a un escenario inflacionario, han hecho del bono americano un polo de atracción. Así, la política proteccionista, que la nueva Administración regará con todo tipo de aranceles, aumentará el valor de las importaciones y, por ende, los productos procedentes del exterior incluirán estas tasas en su precio de venta al consumidor. Ello, unido a la estrategia migratoria, que ejercerá presión sobre los salarios, y una política fiscal expansiva, que alentará la demanda interna, dibujan un horizonte de inflación superior al 2%. En este sentido, Singular Bank en su informe de «Perspectivas Económicas para 2025» destaca los datos de la última Encuesta de Confianza de la Universidad de Michigan, que muestran un fuerte repunte de las expectativas de inflación por parte de los hogares. En enero, aumentaron al 3,3% en un horizonte de un año, y al 3% si se extiende a los próximo cinco (frente al 2,8% registrado en diciembre). De este modo, los pronósticos sobre la evolución de los precios a largo plazo han alcanzado su cota más alta desde 2008, y han regresado niveles prepandemia en el corto.
Estas expectativas de inflación apuntan a que la Reserva Federal podría optar por mantener los tipos de interés más altos de lo previsto inicialmente, reforzando aún más el atractivo del dólar frente a otras monedas, como el euro. En el Viejo Continente, el Banco Central Europeo (BCE) está recortando las tasas a un ritmo mayor que la Reserva Federal (FED). Actualmente, el diferencial en los tipos de interés entre Estados Unidos y la zona euro se sitúa en más de un punto, una brecha que podría ensancharse si el BCE vuelve a bajar tipos en su próxima reunión. «Con este contexto, los inversores se han lanzado a comprar dólares, anticipando que los tipos de interés serán más altos en Estados Unidos que en la zona euro», explican desde Schroders.
Y es que en los mercados internacionales, el dinero tiende a fluir hacia activos que ofrecen una mayor rentabilidad con el mismo nivel de riesgo. Así, ante un mayor interés en los bonos estadounidenses, las expectativas sobre el dólar han aumentado considerablemente.
Sin embargo, un dólar potente también tiene riesgos para la economía americana, ya que puede perjudicar sus exportaciones e intensificar los desequilibrios comerciales.
Debilidad de la UE
Las tensiones internacionales y las perspectivas de crecimiento fuera del país también están impulsando al «billete verde» en relación a otras divisas, como el euro y la libras esterlina. En Europa, por ejemplo, la moneda común se enfrenta a importantes desafíos derivados de la inestabilidad política en varios de sus estados miembros. La situación presupuestaria de Francia y las dudas sobre el futuro político y el dinamismo económico de Alemania han generado incertidumbre. Esta inestabilidad está afectando no solo a los sectores industriales, sino también a la percepción de los consumidores, como lo refleja el índice de confianza, que cayó su nivel más bajo desde abril de 2024 tras retroceder siete décimas. Las amenazas arancelarias tampoco juegan a favor de la UE. Y es que la sombra de las tasas ha aumentado la incertidumbre en los mercados europeos. Una tormenta perfecta que ha conducido al euro a una situación de vulnerabilidad. Tras descender más de un 5,5% desde noviembre en relación al «billete verde», ha llegado a perder el soporte de los 1,05 dólares e, incluso, a cotizar en 1,02, lo que lleva a pensar que el euro ha enfilado el camino de la paridad con el dólar. Sin embargo, algunos analistas ven una evolución de la moneda americana similar a la registrada durante el primer mandato de Trump, por lo que sugieren que esta fortaleza podría desvanecerse durante el primer año. «Algunos factores podrían pesar sobre el dólar más adelante. En primer lugar, esperamos que el impulso cíclico repunte en la eurozona, dado que es probable que los tipos de interés oficiales se recorten hasta territorio expansivo. En segundo lugar, creemos que los mercados han ignorado en gran medida los riesgos de crecimiento vinculados a la combinación de políticas prevista por Trump. Una vez en el punto de mira, es probable que generen vientos en contra adicionales para el dólar», indica Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM.
Este cambio de rumbo podría incluso producirse antes. El analista y estadístico Juan Ignacio Crespo indicaba en su blog que, probablemente, el dólar empezaría a debilitarse a partir de la toma de posesión de Trump. Una previsión que, de momento, se ha cumplido. Tras los fastos del pasado lunes para «entronizar» a Trump como cuadragesimoséptimo presidente de Estados Unidos la caída se ha frenado. «La cotización del dólar contra el euro pareció, como por arte de birlibirloque, cambiar de dirección apreciándose dos céntimos y llegando a los 1,04 dólares», expone Crespo. El euro logró cerrar la semana en 1,05 dólares.
Periodos de vulnerabilidad
No es la primera vez euro ha experimentado periodos de debilidad frente al dólar. En 2022, la Guerra de Ucrania y la crisis energética en Europa condujeron a ambas monedas a la paridad por primera vez en dos décadas e, incluso, durante varias sesiones la divisa común cotizó por debajo del billete verde. Hasta entonces, el euro solo había perdido el punto de equilibrio en octubre de 2000, cuando marcó un mínimo en 0,827 dólares.
No obstante, es importante matizar que, en aquel entonces, el euro solo existía como una moneda virtual utilizada en transacciones financieras. Desde que comenzó a circular físicamente, en enero de 2002, nunca había enfrentado una debilidad tan significativa. Durante casi dos décadas, la moneda europea se mantuvo fuerte, alcanzando su máximo histórico en abril de 2008 al rozar los 1,60 dólares (1,5988). Eran otros tiempos, en los que los inversores lo consideraban una alternativa plausible al dólar como moneda refugio. Desde este pico, el euro se ha depreciado más de un 35%.
En los mercados emergentes, la situación también refleja la debilidad de sus monedas nacionales. Las divisas de estos países se han depreciado de manera generalizada, con casos como el real brasileño (BRL), que ha caído a mínimos históricos, a pesar de las intervenciones récord en divisas por parte del Banco Central de Brasil.
Ventajas y desventajas
La fortaleza del dólar y, en consecuencia, la debilidad del euro, beneficia a las exportaciones comunitarias. Sin embargo, habrá que ver como afecta a los productos y servicios de la UE con destino Estados Unidos el arancel universal del 20% anunciado por Trump. El sector turístico europeo también sale muy favorecido, ya que alienta la atracción de turistas procedentes de Estados Unidos. En el lado de los contras, quizá el peor para el Viejo Continente tiene que ver con factura energética. Y no solo porque el precio de estos productos, como del resto de materias primas, sea más caro al cotizar y ser pagados en dólares (con el consiguiente deterioro para la balanza comercial), sino también porque este excesivo coste se traslada a la producción, aumentando el desembolso para las empresas, lastrando sus beneficios (independientemente de que exporten o no) y alimenta aún más la inflación.
Una vez arrancado el motor de la nueva «Era Trump», habrá que ver su el presidente cumple sus amenazas e implementa todas la medias que lleva meses anunciando o, por si el contrario, muchas de estas declaraciones se quedan solo en luces de artificio.
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