
Gasto en defensa
Sánchez: gasto, gasto y gasto
El marido de Begoña aseguró ayer que dedicará más dinero a la defensa y eso solo se puede hacer por dos vías: friéndonos a más a impuestos o engordando el endeudamiento y aumentando el déficit público

El esposo de Begoña dijo ayer que dedicará más dinero a la defensa y la seguridad, pero sin reducir el gasto social. Esa es al menos mi interpretación de lo sucedido en el Congreso de los Diputados a efectos económicos, que es lo que me interesa más. Y a continuación viene mi conclusión: si va a aumentar el gasto, deberán incrementarse también los recursos del Estado y eso solo se puede hacer por dos vías: la primera, freírnos más a impuestos, si es que ello resulta posible; la segunda, continuar engordando el endeudamiento y/o aumentando el déficit público, pero todo tiene un límite. Por resumir: mucho me temo que habrá más carga fiscal. ¿Cuánta? Resulta imposible saberlo, porque Pedro Sánchez no dio mucha información al respecto, especialmente en lo relativo a cuánto dinero más dedicará a la política de seguridad y defensa. El marido de Begoña utilizó su intervención para perseguir y criticar a la oposición, en lugar de anunciar cuál es su plan, que para eso está en el Gobierno.
Y, mientras tanto, seguimos sin Presupuestos Generales de Estado y sin previsión de que Sánchez, Montero y demás miembros del equipo gubernamental envíen su proyecto a las Cortes. Eso sí, en la Unión Europea (UE) vigilan al inquilino de La Moncloa para ver qué conejo se saca de la chistera. Y, volviendo los ojos a la UE y especialmente a Alemania, hay un hecho a tener en cuenta: con esto de la mayor seguridad y del aumento del gasto en defensa ha llegado un balón de oxígeno a la potente industria pesada germana, incluida la del automóvil, que llevaba unos cuantos años de capa caída. Vamos, que se encontraba sumida en una crisis galopante y ahora va a recibir una inyección de pedidos y de fondos más que importante. En paralelo avanzan las gestiones para la formación del nuevo gobierno alemán de gran coalición, con el objetivo, entre otros, de que vuelva a convertirse en el auténtico motor de la economía europea. Y en el horizonte están los aranceles de Trump, que todavía deben concretarse. Por cierto, que el marido de Begoña avisó ayer de que responderá como se merece a las medidas que adopte el presidente de EE UU. Cuentan las crónicas llegadas desde Washington que este ha respondido que no va a poder dormir.
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