Desempleo

El paro de 2023 costó 2.040 millones más de lo presupuestado por el Gobierno

El gasto en prestaciones por desempleo aumentó un 6,4% en 2023 y la cuantía media lo hizo un 7,3%

Varias personas esperan a entrar a una oficina del SEPE de Puerta del Ángel, el día en el que se han presentado los datos de paro registrado y de afiliación a la Seguridad Social correspondientes al mes de julio, a 3 de agosto de 2021, en Madrid, (España).
Varias personas esperan a entrar a una oficina del SEPE de Puerta del Ángel, el día en el que se han presentado los datos de paro registrado y de afiliación a la Seguridad Social correspondientes al mes de julio, a 3 de agosto de 2021, en Madrid, (España).Ricardo Rubio Europa Press

No sólo la Seguridad Social necesitó el envío de fondos extraordinarios por parte del Estado para equilibrar sus cuentas y evitar el colapso de sus operaciones. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) tuvo que hacer frente el pasado ejercicio a un sobrecoste en el pago de las prestaciones por desempleo, tras un aumentó del 6,3% respecto a 2022. Este incremento se produjo a pesar de que más de 130.000 parados abandonaran esta condición, pero el aumento tanto la cuantía media de la prestación contributiva –que se elevó un 7,3%– como de la tasa de cobertura -que alcanzó su nivel más alto desde 2020, hasta el 68,3%– impulsaron el desfase financiero, que se elevó a 2.040 millones de euros.

Las cuentas son claras: el gasto en prestaciones por desempleo en 2023 se cerró en 22.130 millones de euros, mientras que la cifra totalizada en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del pasado ejercicio se estableció en 20.901 millones de euros. Esta cifra de 2023 supera a la de 2022 (20.785,9 millones de euros), pero no a la de 2021 y 2020, cuando el gasto en desempleo rebasó los 24.525 y los 36.396 millones de euros, respectivamente, dos ejercicios marcados por la pandemia y por los ERTE.

Esta subida del gasto tiene que ver con que el número de beneficiarios de este tipo de prestaciones fue superior al registrado en 2022, con una media anual de 1.774.534 personas, aunque muy lejos de los casi tres millones de beneficiarios del año de la pandemia.

Según el desglose del Ministerio de Trabajo recabado por Europa Press, del conjunto de beneficiarios de 2023, una media de 801.091 personas percibieron la prestación por desempleo del nivel contributivo, un 3,6% más que en 2022, mientras que 875.969 personas cobraron una prestación del nivel asistencial –subsidio, renta agraria y subsidio para trabajadores agrarios–, un 0,7% menos que en 2022. A ellos hay que sumar los perceptores de la renta activa de inserción, que en 2023 alcanzaron una media de 97.474, un 8,1% por debajo del promedio de 2022. Por ello, el gasto final en prestaciones contributivas subió un 7%, hasta los 14.595 millones de euros, en tanto que el destinado a prestaciones asistenciales ascendió a 6.967,9 millones de euros, un 6,4% más que en 2022.

Hay que recordar que las prestaciones contributivas abonadas durante el pasado ejercicio incorporaban la subida de la base reguladora hasta el 60% a partir del séptimo mes, frente al porcentaje del 50% que se venía aplicando desde 2012 para el cálculo de la prestación. Como consecuencia de ello, la cuantía media bruta de la prestación contributiva aumentó en 2023 un 7,3%, hasta los 958,6 euros mensuales.

En cuanto a la tasa de cobertura, ésta escaló hasta el 68,3%, cifra 5,4 puntos superior al 62,9% de 2022 y la más elevada desde el año 2020, en el que la tasa de cobertura se disparó al 85% por las medidas tomadas por la Covid. Sin embargo, la de 2023 ha sido la tasa más alta desde 2011, cuando se superó el 70%.