Economía

El Golfo de Guinea, un mercado exportador en pleno crecimiento

La relación comercial entre España y Guinea Ecuatorial sigue creciendo año a año

Panorámica de Malabo, capital de Guinea Ecuatorial
Panorámica de Malabo, capital de Guinea EcuatorialDreamstime

Las relaciones comerciales y económicas entre España y los países del Golfo de Guinea han tenido un impulso significativo en los últimos años, que han crecido al mismo ritmo que ha mejorado la seguridad de esta zona estratégica, rica en recursos naturales y que ha mostrado una mejora de la gobernanza en los países de la zona. Por ello, el peso del Golfo de Guinea en el comercio español ha aumentado exponencialmente por el crecimiento económico de la región, que ha mejorado sus infraestructuras con acuerdos con grandes multinacionales para rentabilizar su abundancia de recursos naturales, sobre todo energéticos.

A pesar de que la zona ha sufrido cierto deterioro de la seguridad en algunos periodos puntuales, que ha frenado en algunas ocasiones la relación comercial con las potencias importadoras, la situación se ha reconducido en su mayor parte para asegurar el suministro de materias primas. Según apunta el Instituto Elcano, en su informe sobre «Seguridad y recursos en el Golfo de Guinea», en este área económica «existen oportunidades y riesgos para los intereses nacionales, que precisan una estrategia de actuación que dé sentido y economía de escala a las actuaciones compartimentadas».

En la actualidad, los principales productos que Guinea Ecuatorial exporta a España son petróleo crudo –por valor de 760 millones–, gas (509 millones) y alcoholes acíclicos (44 millones). En el periodo comprendido entre 2017 y 2022, las exportaciones de Guinea Ecuatorial a España han tenido un incremento a una tasa anualizada de 42,5%, desde los 224 millones en 2017 a 1.320 millones alcanzados en 2022, con datos del Observatorio Económico Complexity.

El Instituto Elcano apunta que la interdependencia económica entre España y el Golfo de Guinea se estructura en torno a las exportaciones españolas de bienes y sus importaciones de recursos naturales. El peso de los países de este área en las exportaciones españolas no es muy relevante en el cómputo general del mercado exportador-importador de la zona, pero ha experimentado un impulso importante desde el fin de la crisis económica. Las exportaciones españolas al conjunto de la región crecieron entre 2007 y 2012 a una tasa anual superior al 14% anual, muy por encima del 3,7% a que lo han hecho las exportaciones con el resto del mundo. Las tasas son especialmente altas para países como Sierra Leona, Togo, Ghana, Camerún y, sobre todo, Guinea Ecuatorial, país con el que se han recuperado vínculos comerciales y culturales. «El patrón de interdependencia está sesgado por el lado de las importaciones, que suponen porcentajes superiores a los de las exportaciones, básicamente debido a las importaciones de gas y petróleo», apuntan desde el Instituto Elcano.

Los principales suministradores de la región con destino a España desde 2012 han sido Nigeria, Guinea Ecuatorial, Camerún y Gabón. Una relación comercial en la que se aprecia que las exportaciones –sobre todo de bienes energéticos y recursos naturales– han estado muy por encima de las de las importaciones, con un crecimiento en tasas anuales muy superiores a la caída en un 2,3% de las importaciones totales españolas.

Aunque el dinamismo de los flujos comerciales depende en gran medida de la propia evolución económica de la región, las perspectivas de crecimiento de los países subsaharianos y las oportunidades que ofrecen a España han crecido sustancialmente en los últimos años, sobre todo en el caso de Guinea Ecuatorial, que se ha convertido en el cuarto mercado de la exportación española hacia el África Subsahariana, sobre todo alimentos, bienes de equipo, semimanufacturas o el sector del automóvil .

El saldo de la balanza comercial, sin embargo, sigue siendo muy favorable a Guinea Ecuatorial, debido al importante valor de las importaciones energéticas. El país ecuatorial también se está convirtiendo en un incipiente destino de inversión española. Decenas de empresas de capital mixto ecuatoguineano y español están implantadas y desarrollan allí su actividad y la tendencia es a que más se irán implantando.