Investidura
Derecho a la rebelión
Es la primera vez que un presidente del Gobierno proclama que solo gobernará para los suyos, no para todos los españoles
Nada debería sorprendernos ya de Pedro Sánchez, capaz de disfrazarse de lagarterana para mantenerse en el poder. Pero hay un nuevo giro que convierte en más siniestro al personaje. El presidente del Gobierno ha decidido que no representa a todos los españoles.
No gobernará para los tres millones de votantes de Vox y tampoco para los 8,1 millones que votaron al Partido Popular. Dudo de que incluso lo haga para los 51.000 que votaron en Navarra a UPN.
Lo dijo él mismo en la tribuna, al afirmar que su Gobierno –que casi deberíamos empezar a llamar «régimen»– levanta un muro para aislar a la mitad de España. Se trata de la primera vez que un presidente del Gobierno de España no subraya claramente que gobernará para todos los españoles sino solo para los que le eligieron.
Ustedes, votantes de PP, de Vox y de UPN tienen pues todo el derecho del mundo a la rebelión, porque no tienen quien les gobierne. Bien por desidia, desdén o nulo talante democrático de alguien que se vanagloria de gobernar solo para los suyos.
Pero también millones de canarios, vascos, catalanes, manchegos, andaluces y demás españoles que se sienten traicionados por el líder de un partido que ha abandonado el igualitarismo, que se ha echado en brazos de la derecha ultramontana vasca y catalana, y que multiplicará con creces las siete monedas de oro que, como Judas, recibe en forma de votos de un prófugo aún de la Justicia.
Y lo pagará con sus impuestos, crecientes, para enriquecer a regiones ricas que ya son las más beneficiadas por la caja común española.
Poco importa que Sánchez haya asegurado que ofrece una amnistía a los golpistas del proceso secesionista catalán en nombre de España, y pese a no representar por voluntad propia más que a la mitad de España, porque mañana dirá lo contrario.
Lo que de verdad importa es que todos, a diestra y siniestra, vamos a pagarles la fiesta a quienes quieren quemarnos la casa, los que pretenden romper España, Sánchez incluido.
Ahora que sabemos que las cuentas no dan, serán ustedes, clase media voten a quien voten, los que van a sufrir este desmadre. Por eso, quizá la rebelión deba ser más económica y fiscal, como ya advirtió ayer algún empresario, que callejera.