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Inversión
Las agrocommodities ante la era Trump
Las políticas comerciales, energéticas y de sostenibilidad podrían afectar a los precios y flujos

Las agrocommodities son productos agrícolas básicos que se comercializan a gran escala y constituyen la base de la alimentación mundial. En 2021, este sector alcanzó los 3,7 trillones de dólares (3,55 billones de euros). Estos activos incluyen granos como el trigo, el maíz y la soja, así como productos como el café, el cacao, el algodón y diversas oleaginosas. Todos ellos son materias primas fundamentales en la producción de alimentos y otros bienes esenciales.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el cambio de rumbo en las políticas comerciales, energéticas y de sostenibilidad pueden generar un impacto significativo en este mercado. Aunque el alcance exacto de sus nuevas decisiones aún es incierto, los expertos coinciden en que habrá consecuencias sobre los precios y los flujos comerciales de estos productos.
«Las nuevas políticas estrategias generarán en cascada consecuencias tanto en los precios como en los flujos comerciales. Por ejemplo, si se reavivan disputas comerciales con China, podría afectar los precios de la soja. También su postura sobre el cambio climático y los biocombustibles podría influir en los mercados de maíz y aceites vegetales», asegura Pedro Nonay, director del Programa de Agrocommodities del IEB.
Las agrocommodities son un pilar fundamental de la economía global, y su volatilidad afecta directamente la inflación y, por tanto, la estabilidad de los países. Un cambio en la cotización del trigo, por ejemplo, repercute en el precio del pan, un bien de primera necesidad. Por ello, las nuevas políticas comerciales de la Casa Blanca podrían tensionar aún más el mercado, contribuyendo a una posible espiral inflacionaria.
La comercialización internacional de agrocommodities representa el 23% de la producción mundial y está altamente concentrada. Solo 15 países generan el 90% del trigo mundial. China es la principal productora global, mientras que Brasil se erige como el granero clave. Rusia y Ucrania representan más del 30% del comercio mundial de trigo, y Argentina fortalece su economía mediante aranceles de exportación. En tanto, Australia, Canadá y Estados Unidos juegan un papel crucial para mantener la estabilidad del mercado.
En este contexto, la interdependencia entre la producción agrícola y la geopolítica se vuelve cada vez más evidente. Y es que los conflictos internacionales pueden provocar disrupciones significativas en el mercado agroalimentario. Guerras o sanciones económicas pueden alterar el suministro y los precios. La fragmentación en bloques comerciales también podría generar nuevos patrones de comercio, afectando tanto a productores como a consumidores. La crisis vivida en 2022 es un claro ejemplo del impacto de estas situaciones en el comercio mundial de alimentos.
Por tanto, los precios de las agrocommodities están sujetos a múltiples factores que generan volatilidad, como el clima, las políticas gubernamentales, los conflictos geopolíticos y las fluctuaciones en la oferta y demanda. Incluso las elecciones en países clave pueden incidir en su cotización.
«El enfoque actual es producir más con menos y reducir los desperdicios, reconociendo que las materias primas y la geopolítica están entrelazadas y no pueden ser ignoradas ni ignorarse mutuamente», añade Nonay
Las agrocommodities se negocian de múltiples formas dentro de un entorno dinámico. Existen mercados físicos, donde se compra y vende el producto real, y mercados de futuros, donde se acuerdan precios para entregas futuras, como el Chicago Board of Trade (CBOT). También hay negociaciones directas entre productores y compradores, así como transacciones en bolsas especializadas. Además, hay nuevo proyectos en la creación de nuevos mercados. En este sentido, los países BRICS están explorando la creación de una bolsa agrícola propia.
El profesor del IEB subraya la importancia de comprender la cadena de suministro y la oferta y demanda global, ya que conflictos y las incertidumbres económicas pueden desafiar la noción de que las agrocommodities son siempre un puerto seguro en tiempos de turbulencia.
En este escenario, esta industra se enfrenta a nuevos desafíos que definirán su evolución en los próximos años, con la política internacional y la estabilidad económica como factores determinantes.
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