Impuestos
La trampa de la rebaja fiscal de Montero: las rentas más bajas pagarán un tipo marginal de IRPF como las que ganan 300.000 euros
Fedea critica que las medidas del Gobierno son «ineficaces». Los 17.000 millones gastados en ayudas hasta ahora darían para un cheque 1.900 euros a cada hogar
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) tumbó ayer buena parte de las medidas puestas en práctica por el Gobierno para hacer frente a la crisis derivada de la invasión rusa de Ucrania. Para empezar, advirtió ayer de que las ayudas aprobadas por el Ejecutivo son ineficaces y las cuantificó hasta el punto de asegurar que con ese dinero se podría ofrecer un «cheque» de unos 1.900 euros, en forma de reducciones impositivas, a las rentas que más lo necesiten. «Hay que mantener y reforzar los incentivos a las empresas y hogares para ahorrar energía, no ayudarles a que no lo noten. Más aún por razones estratégicas. Se deberían focalizar en ayudas a rentas selectivas o reducciones de impuestos generales, pero no subvenciones generales al consumo, incluyendo reducciones de impuestos energéticos», explicó el director de Fedea, Ángel de la Fuente, en la presentación de su análisis sobre la situación económica tras la puesta en marcha de las medidas aprobadas por el Gobierno en respuesta a la crisis de Ucrania.
«Se está gastando demasiado en ayudas sobre grupos que no lo necesitan. Hay 9 millones de hogares con rentas netas mensuales por debajo de 2.000 euros y por el mismo coste se le podría dar un cheque de 1.900 euros», especificó De la Fuente. «Hablamos de bonificaciones directas como la de los carburantes, que va a todo el mundo da igual su renta, y reducciones en la fiscalidad a la energía, con la que se tapa la señal de precios que impide el ajuste a ese shock y el ahorro necesario», añadió.
Estas ayudas generales suponen casi 17.000 millones de euros en 2022 que, según Fedea, se deben revisar para orientarlas a las rentas que más lo necesitan. «Habría que hacerlo gradualmente, eliminando las bajadas de impuestos eléctricos y de carburantes para centrarlos en los sectores y hogares que más lo necesitan. No se trata de quitar la bonificación a los transportistas», matizó el director de la institución.
Sobre las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo, De la Fuente reconoció que «la idea de que pague más el que más tiene suena lógica», con un pero relevante: «El problema es el detalle, porque no va en la línea anunciada. El gravamen a bancos y eléctricas es arbitrario porque hay una exacción a dedo que no está bien fundamentada porque no se grava los beneficios extraordinarios, se grava los ingresos. Hay sectores con rentabilidades mucho más elevadas que estos sectores», ha explicado De la Fuente. «No encaja muy bien con el Estado de Derecho ni los principios de la Ley tributaria».
Respecto a la rebaja del IRPF a las rentas más bajas, afirmó que se ha hecho de forma «muy extraña». «En vez de bajarles los tipos a los tramos inferiores y si quieres subírselos al siguiente para compensar y que no se beneficien los de rentas más altas, lo que se ha hecho es aumentar la reducción por ingresos del trabajo. «La forma elegida para instrumentar la rebaja del IRPF (para las rentas bajas) es claramente mejorable. Se ha optado, en particular, por actuar a través de la reducción de la base imponible por rendimientos del trabajo, incrementando su cuantía y elevando el umbral para su desaparición. Se potencia así un beneficio fiscal de muy cuestionable diseño que eleva el tipo marginal efectivo de gravamen hasta el 60% para un tramo de renta en torno a los 20.000 euros, lo que no parece muy lógico. En conclusión, entre las últimas medidas fiscales anunciadas por el Gobierno se incluyen algunas disposiciones poco meditadas, técnica y legalmente problemáticas, con una fuerte carga ideológica y clara motivación electoral», indica el boletín. «Estamos condenando a gente de rentas modestas a un marginal, muy superior al que les cobramos a quienes ganan 300.000 euros. Es mejorable», manifestó De la Fuente.
Por contra, Fedea propone dos medidas de choque: rebajas fiscales a las rentas que más lo necesitan y un pacto de rentas que englobe a todos los sectores. «La prioridad debería de ser un pacto de rentas en el que estén los pensionistas. Salvo los que tengan las pensiones más bajas, pero no podemos excluir a 10 millones de contribuyentes», sostuvo.
Sobre la reforma fiscal, Fedea expresa sus dudas para una bajada impositiva prolongada. «Dada la situación de la deuda y el déficit, no veo margen para una rebaja general a medio y largo plazo. Al contrario. Pero en el corto plazo sí se pueden realizar retoques a las rentas medias y bajas para que les quede más dinero para afrontar la inflación», concluyó.