Entrevista
Patrik Bergareche (Just Eat): “Tenemos competidores que salen a jugar al campo con unas reglas distintas”
Glovo y Uber Eats siguen operando con autónomos pese a la “Ley Rider”, una diferencia competitiva que está haciendo mella en la cuenta de explotación de Just Eat
Just Eat es actualmente la única gran plataforma de reparto que opera exclusivamente con “riders” asalariados, 2.000 propios en plantilla y otro importante porcentaje, aunque sin especificar, subcontratado. Mientras, Glovo mantiene a la mayoría de sus repartidores como autónomos y Uber Eats recuperó el trabajo por cuenta propia el pasado septiembre. La fotografía actual del sector es muy similar a la que había antes de la entrada en vigor de la “Ley Rider”, el pasado 12 de agosto de 2021″, con solo una de las grandes compañías del sector cumpliendo con la obligación de contratar. Patrik Bergareche, director general de Just Eat España desde 2019, filial de la multinacional danesa que opera en 20 países, explica a LA RAZÓN cómo está afectando a la compañía esta situación.
¿Cómo valora la “Ley Rider”?
Llevábamos 10 años de construcción de un sector sin mimbres regulatorios. La Ley Rider nace como una necesidad muy clara de dotar al sector de seguridad jurídica y explicarnos a los operadores cuáles son las condiciones bajo las que tenemos que operar. Bajo ese punto de vista, el Gobierno hizo un trabajo muy bueno, no solo por lograr una regulación, sino por hacer una ley que tenía el respaldo del diálogo social, incluida la CEOE, que ampara a todas las empresas de nuestro país.
Glovo y Uber Eats siguen manteniendo autónomos, ¿faltan mecanismos de control?
Es imprescindible que Trabajo, mediante sus instrumentos y organismos de Inspección, tome cartas en el asunto y que, en aquellos casos en los que se está vulnerando la ley, se investigue y se multe. La Ley Rider fue pionera y creo que quizás se ha quedado corta en alcance en los mecanismos para comprobar si se está cumpliendo y las multas por incumplimiento.
La multa de 79 millones a Glovo corresponde a su modelo anterior a la “Ley Rider”. ¿El sector “delivery” avanza más rápido que la regulación?
Los modelos que tienen como base lo digital van a la velocidad de la luz y muchas veces al regulador no le da tiempo a que los textos reflejen realidad que son muy cambiantes. Yo nací en el 82 y el Estatuto de los Trabajadores es del 80. El gran reto que tiene el regulador en el ámbito digital es aprender a cómo hacer leyes que no se fijen en el contexto actual sino en hacia dónde está yendo el contexto.
¿Cómo afecta a Just Eat que Glovo y Uber Eats operen con autónomos?
Cuando una empresa en este país utiliza el modelo autónomo en lugar del modelo de empleado lo que significa es que el coste de la entrega es mucho más barato. Nosotros como compañía damos un pago por hora al repartidor, con independencia de que no haya pedidos. Así el repartidor tienen la tranquilidad de saber que cada mes va a cobrar una mensualidad. Eso también significa que la empresa tiene el riesgo adicional de estar pagando a un repartidor durante minutos que está sin trabajar, como sucede a la hora de la merienda. En el lado contrario está el modelo autónomo, donde si no hay pedido el repartidor no cobra. El segundo elemento a tener en cuenta es que nosotros pagamos la Seguridad Social que supone entre un 30%-35% de lo que le cuesta el trabajador a la empresa, otro gasto que se ahorra en el modelo autónomo.
Por lo tanto, si sumas lo uno y lo otro, la diferencia entre contratar a un repartidor autónomo o a uno laboralizado puede estar entre un 30% y un 60%. Ante esta situación, lo que tienes es una desventaja competitiva tremenda en materia de costes. Y si luego la empresa que contrata autónomos emplea ese ahorro de costes en promociones de marketing y en bajadas de comisiones a restaurantes a cambio de exclusividad te pone en una situación como compañía muy problemática. Tan problemática que en 2019 Just Eat en España era una empresa rentable, en 2020 ya no lo fue y en el 2021 no lo va a ser. Porque para poder responder al envite de esas estrategias comerciales agresivas con una estructura de costes mucho más alta, tenemos que acabar tirando nuestros propios beneficios. En 2020 perdimos 2 millones de euros de ebitda con 54 millones de ingresos, en 2021 hemos crecido mucho pero hemos perdido más dinero que en 2020.
Tenemos la suerte de pertenecer a un gran grupo que opera en 20 países que en la segunda mitad de 2022 va a ser rentable. Nuestra matriz nos ayuda, el problema lo tienen muchas pymes que quieren tener modelos plenamente legales, donde contratan a sus trabajadores, y se están encontrando que las empresas no quieren contratarles y prefieren usar a unos de estos competidores (Glovo y Uber Eats) que tienen costes más bajos. El riesgo de destrucción de empleo y de actividad económica es real.
¿Por qué descarta Just Eat el modelo autónomo si la compañía lo estuvo usando en Italia?
Como compañía nuestro compromiso es con el cumplimiento normativo, pero no somos dogmáticos. Si hay un país donde es legítimo y legal utilizar un modelo autónomo respetando los derechos de los trabajadores, trabajamos con autónomos, como en Canadá, EE UU y Reino Unido. En cambio, en aquellos países donde hay una ley muy clara como en España o hay una duda legal, un terreno gris, siempre velamos por estar en el lado blanco de la ley. En Italia estuvimos con un modelo autónomo porque había una zona gris y en el momento en el que cayó la primera multa cambiamos. Lo que es relevante es que nosotros no titubeamos. Contratamos al momento y pagamos la multa. Somos una compañía que intenta cumplir con la norma, pero en el momento en el que tienes competidores que salen a jugar al campo con unas reglas distintas esto se vuelve muy complicado.
¿La compañía ha sufrido un incremento de costes? ¿Los está repercutiendo al cliente?
Los costes están subiendo para Just Eat pero no los estamos repercutiendo al restaurante o al usuario. La mayoría de nuestros repartidores tienen vehículo eléctrico y lo proporciona Just Eat, aunque los que eligen usar su propio vehículo sí reciben una remuneración por kilometraje. Nuestro modelo siempre ha sido más caro, al usar empleados desde antes de la “Ley Rider”, y ya entonces no lo repercutíamos. Lo que no puede ser es que ad infinitum Just Eat tenga que sostener una estructura de costes mucho más alta que la de nuestros competidores.
Los “riders” pro-autónomos denuncian no haber estado representados en la negociación de la “Ley Rider” y un empeoramiento de sus condiciones desde que entró en vigor
Las empresas estuvimos representadas vía las patronales, tanto CEOE y Cepyme, y los trabajadores por ATA, UGT y CC OO. Los elementos que pusieron sobre la mesa las distintas plataformas fueron discutidos en la mesa y me consta. Otra cosa es que en el marco de la negociación la gente está más o menos de acuerdo. Por otro lado, el trabajador autónomo puede trabajar 150 horas a la semana si quiere, en el modelo empleado solo puede trabajar 40 horas. Cuando se hace la comparativa entre un contrato de Just Eat por 25 horas y un modelo autónomo donde se está trabajando 85 horas, evidentemente se gana menos, pero si la comparativa se hace entre 25 horas de empleado y 25 horas de autónomo no hay ninguna duda de que el modelo empleado es más favorable por varios motivos. Por un lado, se pagan todas las horas de acuerdo con el convenio y luego está lo que el ojo no ve, que son la cantidad de aportaciones que hace Just Eat para que el trabajador tenga baja, paro, vacaciones y otras prestaciones. Se ha hecho mucha demagogia en cómo se han comparado ambos modelos.
¿Qué se espera de la nueva directiva “rider” de la UE?
La directiva europea pretende crear un marco común de seguridad jurídica para los trabajadores de plataformas y las empresas de plataforma. La presidencia europea de la segunda mitad de 2023 va a ser la de Pedro Sánchez y hay un interés porque esta directiva europea siga su transcurso administrativo en 2023. Vendrá a complementar aquellos vacíos que la “Ley Rider’' ha dejado.