Industria

El frenazo de la locomotora alemana pone en riesgo la economía española

Los expertos advierten de la bajada en la demanda de bienes. Para España «será difícil aprovechar la debilidad exportadora alemana», advierten en el IFO

Un operario trabaja en la fabricación de un coche de la marca Volkswagen en Alemania
Un operario trabaja en la fabricación de un coche de la marca Volkswagen en AlemaniaJens MeyerAgencia AP

Desde principios de 2022 el superávit alemán ha ido menguando debido al aumento de las importaciones y a una disminución de las exportaciones. Mientras las primeras aumentaron un 1,6% el pasado agosto, las segundas subieron al 3,4%. La subida en la venta de manufacturas alemanas se debe en gran parte a los mercados americanos y chino, que aumentaron un 12% y 2,9% respectivamente. La nueva situación de la economía alemana en el parquet mundial se ha visto influida por el alto coste de la energía y por la interrupción de los suministros de componentes y materias primas derivados en buena parte de la guerra en Ucrania.

«Si observamos las exportaciones, podemos ver que el crecimiento se ha ralentizado. Por una parte es debido a un descenso global de la demanda, por lo que las empresas alemanas venden menos. Por otro lado, las cadenas de valor siguen bajo presión», explicó a LA RAZÓN la profesora de economía Feodora Teti, del Instituto para la Investigación Económica (IFO). La investigadora recuerda que un 70% de las empresas maufactureras aseguraron en la última encuesta de su instituto encontrarse con problemas para adquirir productos intermedios y materias primas, «lo que provoca retrasos en la producción y precios más altos», explica. Estos altos precios, al mismo tiempo, «aumentan drásticamente el valor de las importaciones de energía». Ambos factores estarían influyendo en la balanza comercial alemana.

El profesor de economía Guido Baldi del Instituto Alemán para la Investigación Alemana (DIW) concreta en ese sentido que «el monto de las importaciones está fuertemente impulsado por los costes significativamente más altos de la energía importada, en especial del gas y el carbón». Y recuerda lo obvio: «El gas natural de Rusia, que antes era “barato”, tiene que comprarse ahora más caro a otros países». En el lado de la balanza de las exportaciones, el experto ve la desaceleración de la economía mundial como un factor importante. «En la zona del euro, muchos países están al borde de la recesión, por lo que la demanda de productos alemanes es limitada», explica. También en otras regiones habría menos demanda: «Por ejemplo, el milagro económico chino ha llegado a su fin, al menos por el momento, lo cual repercute negativamente en la demanda de maquinaria, coches y otros productos de Alemania».

Baldi cree que los altos costes de la energía importada, por un lado, y el escaso desarrollo de las exportaciones, por otro, serían determinantes. Por su parte, Teti ve las expectativas económicas de la mayor economía europea son, en este momento, inciertas: «Debido al alto nivel de incertidumbre general en la economía mundial, es difícil dar una respuesta clara». La economista no cree que «la situación cambie de forma significativa, ya que lo más probable es que se mantengan los altos precios de la energía y las dificultades de los exportadores para vender sus productos en el extranjero». También influirá, recuerda, la reacción del resto de economías mundiales a los brotes de Covid en los meses de otoño/invierno, en referencia a posibles confinamientos y paralización de la producción.

«Si la mayor economía de Europa se debilita, esto también tiene consecuencias negativas para sus vecinos europeos, ya que los productores alemanes de bienes finales demandan menos bienes intermedios de los proveedores europeos», explica la economista. Para países como España «es difícil aprovechar la debilidad exportadora de Alemania y abrir nuevos mercados exteriores, ya que se enfrentan a los mismos retos que los exportadores alemanes y no son competidores directos en muchos sectores».

El economista del DIW apunta además que «la economía alemana se está enfriando más que la de la mayoría de los países de la zona euro». Y esta debilidad de la economía alemana podría reducir la demanda de productos de exportación de otros países como España, que «se verán contagiados» por la recesión alemana. Pese a ello, el experto se declara «relativamente optimista al respecto de la economía española» y asegura que «la desaceleración económica será menos grave que en Alemania o Italia, también porque la dependencia de las materias primas de Rusia era menor antes de la guerra»..

En cuanto al euro, la experta del IFO cree que «la disminución de las exportaciones alemanas se traducirá en una menor demanda de productos alemanes y, por tanto, en una menor demanda de euros, lo que debilitará aún más a la moneda común», aunque un euro débil ayudará a los exportadores alemanes. El experto del DIW concluye que la caída de las exportaciones tiene “un efecto amortiguador sobre el valor del euro, por lo que tiende a provocar una devaluación”, aunque recuerda que “el valor del euro también depende de muchos otros factores”. Entre ellos nombra también los tipos de interés “o el riesgo de una crisis de la deuda en Italia, por ejemplo, que, de momento, es muy reducido”.