Energía
Cómo ahorrar en calefacción y pagar menos en las facturas
Aprovechar la luz del sol, realizar un mantenimiento adecuado de los radiadores y programar la calefacción son algunos de los trucos para conseguir un ahorro energético
Llegan los meses más fríos del año y la bajada de las temperaturas dispara el consumo energético de las familias. Es el momento de encender la calefacción para mantener una temperatura agradable en el hogar, lo que viene acompañado también de un incremento en la factura energética. Este año la subida resulta incluso más dura porque con las restricciones de movimiento pasamos más tiempo en casa y la economía familiar está más resentida.
Una vez el recibo energético nos da el primer gran susto desde hace varios meses, nos cuestionamos si podemos hacer algo para pagar menos por la calefacción. La Unión de Créditos Inmobiliarios, una entidad especialista en la financiación de la vivienda, ha recopilado una serie de trucos para hacer un consumo más sostenible y menos doloroso para el bolsillo.
Aislamiento térmico
La mejor forma de calentar una vivienda es que no pierda temperatura por un mal aislamiento y evitar un despilfarre de energía y de dinero. La clave es que las necesidades de consumo del hogar sean lo más bajas posible, y eso depende de la envolvente de los edificios, los materiales utilizados en la construcción, los suelos o el cerramiento de las ventanas, entre otros factores. Con un buen aislamiento se puede lograr un ahorro de hasta el 30% en la factura energética.
La solución más drástica es renovar la “piel” de los inmuebles, pero también requiere de una gran inversión. No osbtante, abrir las persianas para aprovechar la luz del sol, bajarlas cuando anochezca y colocar burletes bajo las puertas son pequeños gestos que impiden que el calor salga del hogar.
Ventilar, pero no demasiado
En estos momentos, la ventilación en los hogares es más importante que nunca para evitar contagios por coronavirus. Los expertos recomiendan que abrir las ventanas dos veces al día durante, al menos, cinco minutos es suficiente. Además, mantener la calefacción encendida cuando se está ventilando el hogar implica un gasto innecesario de energía.
Mantenimiento de los radiadores
Para un uso eficiente de la calefacción es imprescindible que el sistema esté en buenas condiciones. Tapar los radiadores reducirá su función. En el caso de que el aparato sea eléctrico o portable, hay que tener en cuenta que el aire caliente es menos denso que el frío. El calor va de abajo a arriba, por lo que se conseguirá una mayor eficiencia colocando el aparato en el suelo (ese es el motivo por el que el aire acondicionado se sitúa en el techo, mientras que los radiadores se instalan en la parte baja de la pared o, incluso, bajo el suelo).
Antes de encender la calefacción, es recomendable purgar los radiadores para eliminar el aire. De esta forma nos aseguraremos de que calienta igual por todas partes. Poner paneles reflectantes de calor detrás de los radiadores para potenciar su efecto es otro truco con el que se puede ahorrar entre un 10% y un 20% en el recibo energético.
Contratar la potencia que necesitemos
Por lo general, los hogares españoles tienen contratada una potencia de electricidad que supera las necesidades de la vivienda. De esta forma, los usuarios están pagando más por lo mismo. Si el sistema de calefacción funciona con electricidad, hay que comprobar cuántos aparatos tienen que estar conectados a la red eléctrica y cuál es su consumo. Según el estudio de UCI, la calefacción eléctrica necesita entre 1.000 y 2.000 vatios (W) de potencia.
Gasoil y carbón: contaminantes y caros
Las calderas de carbón o gasoil son baratas de instalar, pero emiten grandes cantidades de dióxido de carbono y su consumo energético es alto y poco eficiente. Si desea renovar su caldera, existen ayudas para cambiarla por una más eficiente.
Energías renovables
En el lado opuesto a las calderas de carbón se encuentran los sistemas que utilizan energías renovables. La aerotermia puede aportar un ahorro de entre el 40% y el 70% en la factura, mientras que la geotermia reduce el recibo energético hasta en un 75%. No existe un tipo de calefacción para cualquier caso, antes de cambiar el sistema hay que tener en cuenta el clima del área geográfica, las especificaciones de la vivienda y el presupuesto.
La temperatura ideal son 21 ºC
Si sube el termostato por encima de 21 ºC y sigue sintiendo frío es que el calor de la vivienda se está escapando por algún sitio. La temperatura ideal se sitúa entre los 19 ºC y los 21 ºC. Los expertos recomiendan apagar la calefacción por la noche y mientras no se está en casa para no derrochar energía. Con este pequeño gesto se puede conseguir abaratar un 13% la factura.
Abrígate, también en casa
No sirve de nada poner la calefacción alta si se está en chanclas y manga corta. No hace falta ponerse la bufanda en casa, pero con ropa cómoda de invierno (sudadera o camiseta de manga larga, por ejemplo) ahorraremos en calefacción sin pasar frío y estaremos realizando un consumo energético más sostenible.
Sistemas programables para un uso menos intensivo
La eficiencia consiste en lograr un objetivo (tener la casa caliente) consumiento el menor número de recursos posibles (encendiendo menos la calefacción). Para ello, es útil contar con un termostato programable para regular la temperatura de forma automática, incluso antes de llegar a casa, para evitar poner la calefacción a una temperatura demasiado elevada para intentar calentar la vivienda antes.
Apaga los radiadores de las habitaciones que no se vayan a usar
Es posible que en su casa tenga alguna habitación de invitados o el cuarto de su hijo que se acaba de independizar. Si no va a utilizar esa estancia, puede apagar el radiador para que el consumo se reduzca y acabe pagando menos en la factura energética.