Opinión

Vikingo aparte, este Real Madrid no es peor que el City

Las estadísticas de Haaland asustan: ¡35 goles en 32 participaciones en Liga y 12 en ocho partidos en Copa de Europa! Los guarismos inducen a determinar que estamos ante el mejor jugador de la actualidad

Erling Haaland, delantero del City
Erling Haaland, delantero del CityInstagram

Lo primero que hay que subrayar en esta columna preChampions y postCopa es que el Madrid no está lo que se dice en su mejor momento. Tan cierto es que Osasuna es un pedazo de equipo, olé por ese genio que es Jagoba Arrasate, como que los merengues deberían haber vencido con holgura y no pidiendo la hora. Por presupuesto y por calidad, aunque ya se sabe que el dinero no siempre garantiza la gloria, que se lo cuenten al PSG. A pesar de todos los pesares, colegir que los de Ancelotti están pelín despistados últimamente puede resultar un ejercicio de simplismo suicida teniendo en cuenta que son Doctor Jekyll en Liga e incluso en Copa y Mr Hyde en Champions, donde acostumbran a exhibir un instinto asesino que ya les gustaría a todos los grandes del continente para los días de fiesta.

Lo que no falla es la baraka del míster, tal y como quedó ratificado en La Cartuja. Ese pase de la muerte del Chimy Ávila a Kike Barja en el minuto 93, con providencial intervención del no siempre valorado Dani Carvajal -salvó esta ocasión y el envenenado balón del descomunal Abde-, certifica que más allá de su evidente "know how" el italiano cuenta con una flor en el trasero. El pasotismo en la celebración del título que entrega Don Felipe evidencia que lo único que importa a los suyos es el torneo que enfila su recta final ya. Normal: ya puedes consumar un desastre de temporada que si levantas La Orejona, todo lo anterior es como si no hubiera existido.

El problema es que llega al Bernabéu el conjunto más en forma de Europa, casi seguro campeón de la Premier e indiscutible favorito para conquistar la Copa de Europa el 10-J en Estambul. Pero si analizamos las dos plantillas línea a línea, hombre a hombre, hay que amortiguar el miedo escénico instalado en el madridismo. Para empezar, Ederson no es que sea peor que Courtois, es que es como comparar un Twingo con un Ferrari, que diría la gran Shakira. El guardameta citizen no es titular con su país, Brasil, entre otros motivos porque falla más que una escopeta de feria. Con el ilimitado talonario que tiene Guardiola en sus manos de meacolonias, no se entiende por qué no ha fichado un 1 de más garantías. Su único valor es el juego con los pies, una faceta que el de Santpedor sobrevalora hasta el paroxismo olvidando que un portero debe pararlo todo y punto.

La retaguardia azulona tampoco es superior a la blanca ni de lejos: Walker no está en condiciones de dar lecciones a Carvajal ni muchísimo menos; Laporte, Stones y Rúben Dias no pueden mirar por encima del hombro a Militao, Alaba y Rüdiger; y en el lateral izquierdo no se puede concluir que Aké sea superior a Mendy, a Nacho y no digamos al pluscuamperfecto Camavinga. El centro del campo rival sí atesora más calidad: De Bruyne es uno de esos peloteros que te la lía en milésimas de segundo como quien no quiere la cosa; Gündogan se las sabe todas; Rodri no necesita presentación porque en España lo conocemos de sobra; Foden es tal vez el más grande talento joven inglés; y Bernardo Silva se me antoja el gran tapado. El portugués, el centrocampista más en forma del orbe, lo hace todo deliciosamente bien. Y delante la cosa sería favorable al Madrid si no existiera Haaland: Vinicius, Rodrygo y Benzema habitan dos o tres peldaños arriba de Mahrez, Grealish y Julián Álvarez. El problema, y perdón por la insistencia, lo representa el noruego nacido en Inglaterra. Sus estadísticas asustan: ¡35 goles en 32 participaciones en Liga y 12 en ocho partidos en Copa de Europa! Unos guarismos que inducen a determinar que estamos ante el mejor jugador de la actualidad, si no de la década, pero que seguramente no asustan tanto como las infinitas ganas de fichar por el club de Concha Espina, lo que inevitablemente le llevará a intentar salir por la puerta grande. El año pasado estaba atado y no vino porque Judas Mbappé exigió no tener competencia. Al final, como es público y notorio, la entidad blanca se quedó compuesta y sin el uno y el otro. Moraleja: si no lo atan en corto, armará el taco y el sueño europeo se irá a tomar viento. Tan fácil de teorizar como complicado de implementar. Y ojo porque Militao está sancionado.