Tenis

Lágrimas en el homenaje de despedida a Nadal, con Beckham, Federer, Serena Williams...: "Serás recordado eternamente"

El tenista balear se emocionó en su despedida. Lloró, lo mismo que su padre, hermana, mujer... Dio las gracias a los aficionados. Reconoció que no está "cansado de jugar al tenis", pero que el cuerpo no le da para más

Se acabó. La espectacular carrera de Rafa Nadal ha llegado a su final después de que España fuera eliminada por Países Bajos en los cuartos de final de la Copa Davis. Él mismo dijo que no creía en los finales felices, de película. En este caso hubiera sido verlo levantando su sexta Ensaladera, la séptima de España, pero el camino se cerró a la primera. Cuando Carlos Alcaraz y Marcel Granollers claudicaron ante Van de Zandschulp y Koolhof Rafa aplaudió. No sabía muy bien qué hacer en ese momento. Su momento estaba a punto de empezar. Lo hizo después de esperar unos minutos y fue un homenaje sobrio, sin demasiados excesos.

Se oyen pelotas y se va iluminando el Martín Carpena con el sonido de narraciones de alguna de las hazañas del tenista balear. Su hermana, Maribel, ya está llorando, lo mismo que el padre. Rafa todavía estaba sonriente antes del primer aplauso, que duró más de un minuto. “Muchas gracias”, decía en el micrófono, aunque apenas se escuchaba. Mucho más los “Rafa, Rafa, Rafa”, mientras las palmas se iban calmando para dar paso al discurso del manacorense.

En las pantallas se leía, “Gracias, Rafa”. "Gracias", la palabra más utilizada. “Las gracias las tengo que dar yo a tanta gente”, comenzó diciendo. “Es difícil empezar, y lo haré por los que están aquí. Gracias a todos vosotros...”, y en ese momento llegó la primera interrupción. “Sinceramente, han sido 20 años de carrera profesional en los que me habéis llevado en volandas siempre, en los momentos buenos me llevabais a ganar el siguiente punto y en los malos, me ayudabais a seguir. Quiero hablar especialmente de España, pero de todo el mundo, por haber recibido tanto cariño”, reconoció.

Una "conversación" con el público

Por momentos era como una conversación con los aficionados. Rafa decía algo, y recibía un piropo. “Presidente”, fue el siguiente, antes de que felicitara al equipo de Países Bajos por su triunfo. “Quiero agradecer al equipo español. Me habéis permitido volver a vivir la ilusión de jugar la Davis de nuevo, no ha salido, me hubiera gustado ayudar más, pero he dado lo que tenía y os quiero agradecer de corazón por pasar los últimos días como profesional en equipo. Muchos de los que estáis aquí habéis formado parte del equipo español, ha sido un privilegio, hemos conseguido muchas cosas juntos y ahora os toca a vosotros seguir viviéndolas, así que mil gracias a todos”, fue la frase para sus compañeros, que estaban en fila, con técnicos, físios, médicos... Muy atentos.

“Uno no quiere llegar a este momento. Yo no estoy cansado de jugar al tenis”, prosiguió. “No te vayas”, le gritaban, en esa conversación imaginaria comentada antes. “Pero el cuerpo no me da para seguir. Me siento un privilegiado por mi carrera, más larga de lo que hubiera imaginado. Gracias, muchos están aquí y otros no, familia, equipo, amigos, habéis sido una parte muy importante de mi vida. Siempre he intentado mantener cerca a la familia y hacer pocos cambios en el equipo, lo que me ha permitido tener una relación más allá de lo profesional”, siguió con la ronda de agradecimientos.

Le entró entonces una risa tonta, la ceja hacia arriba, otro de sus símbolos, para seguir con los agradecimientos, a la RFET, sponsors. “Grande”, fue el siguiente halago desde la grada. A la prensa, a la industria del tenis, a la que se ofreció. “Soy un superapasionado del deporte en general, me retiro del tenis, pero para cualquier cosa espero seguir siendo un buen embajador para el tenis, me tenéis aquí. Es lo que he intentado toda mi vida, para ser mejor, para cumplir objetivos, pero desde el respeto, de valorar lo bueno que me ha pasado, he intentado ser buena persona, espero que así lo hayáis percibido”. Y nuevo aplauso.

No pudo aguantar las lágrimas

A su familia volvió en el final de este tramo. “No me ha fallado nunca. Me han mantenido con los pies en el suelo. Sé que ahora viene un proceso no sé si difícil, pero todos los cambios llevan un proceso de adaptación, y estoy tranquilo porque creo que he recibido una educación para afrontarlo, porque tengo una gran familia que me ayuda”, expresó. Y ahí, por momentos, contagió la sonrisa a su padre y a su hermana, también a Mery, su mujer.

El siguiente aplauso fue más largo y ahí ya sí que no pudo contener las lágrimas Nadal.

La siguiente parte era un vídeo. Rodri, el Balón de Oro, decía: “Nadie que represente mejor las valores del deporte”. Y Casillas, Raúl, Serena Williams, Andy Murray, Conchita Martínez, Sergio García, Del Potro, Andrés Iniesta y cómo no, Roger Federer, muy aplaudido cuando apareció en pantalla: “Te quiero, Rafa”, dijo el helvético en español. La lista creció: David Beckham le sacó una sonrisa: “Hola mi amigo, un beso para ti y tu familia". Y Novak Djokovic cerró los agradecimientos: “El tenis echará de menos tu energía”.

David Ferrer tomó entonces la palabra, y también hizo llorar a Rafa. “Hablo en nombre del tenis español y me ha tocado también del mundial. Sabes lo que has significado para este deporte”. Están uno enfrente del otro, el balear llorando, el capitán hablando: “Tú has sido nuestro ejemplo. Tu persona será recordada eternamente”. Y se dieron un abrazo.

El relevo

“Mil gracias por haberos quedado hasta el final”, volvió a tomar el micro Nadal. En la grada seguía el público español, pero también el neerlandés, muy colorido, todo naranja. Fue una ceremonia sencilla. Tuvo un último recuerdo para sus grandes rivales, que le han “hecho mejor”. Se retiró lanzando un beso al público. El primero al que abrazó del equipo fue a Carlos Alcaraz, al que da de forma ficticia el "relevo" del tenis español.