Así han sido los tres puntos de partido que ha desperdiciado Nadal ante Thompson: el segundo lo tuvo en su mano

Rafa Nadal se marchó de Brisbane con una sonrisa, satisfecho. Perdió contra Jordan Thompson (5-7, 7-6 [8/6] y 6-3) en los cuartos de final, pero volvió a sentirse competitivo en un partido muy exigente contra un rival que jugó a un nivel altísimo y que duró tres horas y 25 minutos. El caso es que, pese a todo, Nadal tuvo la victoria en su mano y la dejó escapar, con hasta tres puntos definitivos en el segundo set.

El primero fue con 7-5, 5-4 y 30-40 a favor de Rafa. Thompson decidió no sufrir y subió a la red después de sacar, respondió Nadal con un globo defensivo que entró e hizo retroceder a su rival, que buscó lo mismo, otra bola alta que estaba al alcance del español. Saltó el zurdo y la golpeó casi de espaldas a la red, como uno de los puntazos que firmó en la ronda anterior ante Kubler. En lugar de fuerte buscó la bola corta y se quedó en la red por un pelo. Era un tiro difícil, pero accesible para el de Manacor.

Más lamentó el segundo, ya en el tie break del segundo set, con 7-5, 6-6 (6/4). Servía Thompson, restó Nadal profundo y obligó al australiano a una derecha de emergencia que se quedó corta. Era un caramelo, Rafa se metió en pista para cerrar el duelo, acierta nueve y media de cada diez como esa, pero midió mal y la tiró fuera. Así fue el momento:

El punto siguiente también era de partido, pero esta vez con su saque. Metió el primero el español y Thompson se sacó el resto como pudo, pues le venía al cuerpo. Restó de maravilla todo el encuentro el "aussie". Neutralizó ese primer tiro y después se fue al ataque con una derecha paralela con altura a la que el balear llegó justo, para dejar la pelota en la red. Esta fue la oportunidad menos clara, porque Thompson la jugó muy bien.

Problemas físicos lógicos

El jugador australiano se llevó ese tie break y ya no desaprovechó la oportunidad ante un oponente tocado físicamente. El año sin competir de Rafa se notó ahí. Fue tratado por el fisio, además en la zona del abductor izquierdo, muy relacionada con el psoas que le trajo por la calle de la amargura y le hizo estar sin jugar tanto tiempo. Habló con su equipo el manacorense y pareció restar importancia a las molestias. Parecía una sobrecarga lógica. No pudo ganar el partido, aunque lo peleó, y abandonó la pista con una sonrisa.