Alcaraz se tuerce el tobillo de forma preocupante, se le hincha en un momento y abandona en su estreno en Río ante Monteiro

Era sólo el tercer punto de Carlos Alcaraz en su estreno en Río de Janeiro 2024 contra el brasileño Thiago Monteiro. Iban 15-15 cuando el español dio una derecha desde la zona del revés, estaba un poco desplazado y cuando se movía de forma lateral para recuperar el centro de la pista... El drama.

El tobillo derecho se le quedó atascado en la tierra y se lo dobló de mala manera. El partido se jugó de milagro porque la lluvia casi suspende la jornada. La pista estaba un poco blanda y le jugó una mala pasada al número dos del mundo.

Era evidente que no se trataba de una simple torcedura. Carlos se tiró al suelo rápidamente y soltó la raqueta. Con la mano ya empezaban los gestos de dolor. Thiago Monteiro, en parte, también, se llevó la mano a la cara y rápidamente fue a interesarse por Alcaraz. Le ayudó a levantarse y le iba a acompañar a sentarse a su banquillo, pero al final el murciano fue solo, cojeando de forma notable. Los minutos siguientes fueron angustiosos. Se tapaba la cabeza el español con la toalla, después la mordió mientras esperaba que llegara el fisio. El especialista le fue tocando la zona, en distintos puntos. “Ahí me molesta un poco”, se leía en los labios del tenista. Con el pie al aire mientras el fisio buscaba el material, se le hinchaba por momentos hasta tener un aspecto más que feo.

Carlos se volvió a tapar la cara con la toalla mientras le echaban un spray y lo vendaban. Su mano en la cara era de preocupación. Se notaba que le dolía. La preocupación, claro, estaba también su box, en Juan Carlos Ferrero, en el padre del jugador... Mientras Alcaraz se ponía el calcetín, en el box miraban en un móvil la repetición de la torcedura.

Bebió agua Alcaraz, se probó un poco con saltitos y se fue corriendo a intentar seguir el partido. Lo primero que hizo fue tirar un resto de revés largo. Después ya tuvo que moverse un poco más, aunque lo hacía con ciertas dificultades, andando a por el resto, sin la activación propia de ese golpe. Jugando a tiros, con un par de derechazos, logró el break en ese primer juego.

Después le tocó sacar y encontró la rotura de vuelta. Con el partido recién empezado, con 1-1, tampoco tenía sentido seguir, así que Carlos dio la mano al juez de silla, y decidió que su participación en el torneo había terminado. Intercambió unas palabras amigables con Monteiro, y se abandonó la pista entre aplausos.

Parece que lo que sufrió fue un esguince, pero hasta que no se haga pruebas no sabrá el grado exacto del mismo.