Fórmula Uno
La odisea de Fernando Alonso para correr en Interlagos
El bicampeón del mundo viajó el domingo de México a Europa para seguir un tratamiento por una infección intestinal y el jueves regresó a Brasil
La F-1 afronta el tramo decisivo de la temporada y no hay tregua. En el tercer fin de semana seguido con carreras primero fue Estados Unidos, después México y ahora le llega el turno a Brasil. Pilotos, ingenieros, mecánicos y todos los trabajadores del circo de la F-1 permanecen fuera de sus casas todo este tiempo. Entre carrera y carrera pasan algunas horas de asueto para el martes o miércoles marchar al siguiente destino. Entre los pilotos, algunos hicieron escapadas a Estados Unidos después de México porque la mayoría no quiere pasar demasiado tiempo en Brasil. Fernando Alonso fue la excepción.
Desde hace dos semanas el bicampeón del mundo arrastra una infección intestinal que no le permitió estar al cien por cien de su capacidad tanto en Austin como en México. Poco después de acabar la carrera azteca el pasado domingo tomó un vuelo y regresó a Europa para seguir un tratamiento. El jueves ya estaba de vuelta en Interlagos. A pesar de que el viaje se hace en un avión privado de la compañía «Vistajet» con todas las comodidades posibles, la paliza a nivel físico y psíquico de un trayecto de ida y vuelta transoceánico en apenas tres-cuatro días es innegable. Y mucho más sin encontrarte en un estado de salud pleno.
Alonso no se quería perder la carrera en Interlagos por nada del mundo. Es un circuito que le trae grandes recuerdos porque allí ganó sus dos títulos mundiales, pero también pasó por serias dificultades. En 2003 sufrió un fortísimo accidente y en 2007 y 2012 se le escaparon sendos títulos mundiales con McLaren y Ferrari, respectivamente. A ambas carreras llegó con opciones de ganar el título y no pudo.
El jueves llegó al circuito con normalidad y tomó parte en la primera sesión de entrenamientos libres, la única del fin de semana, ya que Brasil tiene formato de carrera Sprint hoy. El asturiano acabó noveno y sufrió algunos problemas con la configuración del monoplaza. Repetir el épico podio del pasado año es muy complicado, aunque regresar a la zona de puntos es factible.
El Aston Martin está sufriendo en estos momentos una tremenda caída de rendimiento. Restan cuatro carreras para terminar la temporada (Brasil, Las Vegas, Qatar y Abu Dabi) y los dos títulos están en juego. El de pilotos se lo disputan Norris y Verstappen, que matemáticamente no puede ser campeón este fin de semana. El de Constructores es el más competido porque hay un tercer invitado a la fiesta como es Ferrari, que de hecho parte como favorito por dos motivos: sus pilotos atraviesan un excelente estado de forma, al igual que el monoplaza y, además, no optan al Mundial de pilotos, por lo que tendrán total libertad para centrarse y luchar contra Red Bull y McLaren, cuyos segundos pilotos, Pérez y Piastri, están de capa caída en los últimos meses y no suman demasiados puntos.
En Ferrari se da mayor importancia al título de Constructores que al de pilotos y están en perfectas condiciones para conquistarlo este curso, algo que no hacen desde 2008.
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