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Argentina

Se juegan el mundo

Lionel Mess ha marcado tres goles en este Mundial, 2 a nigeria y 1 a Bosnia, pero contra Holanda no brilló larazon

Alemania se fijó en el modelo de España, en su manera de trabajar con las categorías inferiores y en la importancia que concedía a la pelota. Ése era el camino para regresar al éxito.

Alemania se fijó en el modelo de España, en su manera de trabajar con las categorías inferiores y en la importancia que concedía a la pelota. Ése era el camino para regresar al éxito. Se olvidó del físico como argumento de superioridad sobre el contrario porque nacieron hijos de inmigrantes con otras habilidades. Polacos como Klose o Podolski, turcos como Özil, tunecinos como Khedira. Alemania, que celebró la reunificación con el triunfo en el Mundial 90, ya no era sólo una, tenía muchas posibilidades diferentes de ser ella. Pero le falta un gran triunfo. España la apartó del camino del éxito en la Eurocopa 2008 y en el Mundial 2010. Italia la superó en semifinales en la pasada Eurocopa. Ahora, esta selección tiene la oportunidad de ser inmortal. Aunque ya lo es. Pase lo que pase, en el recuerdo quedará para siempre la goleada a Brasil en semifinales. Ese 1-7 es algo más que una victoria, ese 1-7 vale la eternidad para esta selección.

Si Alemania no gana, al menos habrá conseguido su lugar en la historia. Como aquel Brasil del 82, que dicen que no ganó, pero es mentira. Aunque la selección que dirige Joachim Löw quiere dar un paso más. «Estamos aquí para ganar el Mundial», afirma el capitán, Philipp Lahm. «No venimos a Río a dar un paseo turístico o a conocer la ciudad. Sólo hay un motivo para estar aquí: levantar la Copa de campeones del mundo», advierte Thomas Müller, que aspira a ser el máximo goleador del torneo por segunda edición consecutiva.

Los alemanes representan ahora el fútbol, lo que era España hasta que empezó este Mundial. Cuatro de sus jugadores son candidatos al Balón de Oro: Hummels, Lahm, Müller y Kroos. Pero cuesta elegir a uno de ellos como el mejor, igual que sucedía cuando ganaba España. El triunfo de Alemania sería el triunfo de un grupo en el que incluso el portero, que también aspira a ser elegido como el mejor del campeonato, se siente uno más. Neuer admite que le gustaría ser un jugador de campo. «Tiene el mismo nivel técnico que los demás», asegura Joachim Löw. «Podría jugar en el centro del campo», añade.

Argentina es otra cosa. Bastian Schweinsteiger la definió ayer en una frase: «Mascherano es el líder de una jauría de lobos». Porque la albiceleste venía marcada por Messi y el poder ofensivo que dan al equipo sus acompañantes: Agüero, Higuaín, Di María... Pero en las semifinales se agarraron a las piernas de Mascherano para llegar hasta la final. Argentina tiene en Leo una estrella reconocible, pero no ha sido su fútbol el que le ha llevado hasta el partido definitivo. Es también el triunfo del grupo, pero de una manera diferente. El juego de Alemania responde a un plan trabajado durante años, el mejor camino para llegar al éxito. En Argentina el único plan es sobrevivir. Es el «partido a partido» de Simeone llevado hasta las últimas consecuencias. No hay nada más allá del próximo encuentro porque nadie sabe qué pasará después. Incluso Sabella, el seleccionador, se despide después de la final. Así lo comunicó a los medios argentinos su representante, Eugenio López. «Mi futuro es la final del Mundial», dijo el técnico. «Pensar en cualquier otra cosa sería una falta de respeto».

Argentina se agarra a la condición de víctima. «Alemania fue siempre favorita», dice Demichelis. Klose, que perdió la de 2002 ante Brasil, es el único que ya ha jugado una final. Argentina y Alemania se enfrentaron en las de México'86 e Italia'90. Una para cada una. Hoy desempatan.

Alemania: Neuer; Lahm, Boateng, Hummels, Höwedes; Khedira, Schweinsteiger; Müller, Kroos, Özil; y Klose.Argentina: Romero; Zabaleta, Garay, Demichelis, Rojo; Enzo Pérez, Biglia, Mascherano, Lavezzi; Messi e Higuaín.Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia).Estadio:Maracaná (21:00 Tele5 y GolT).