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Barcelona
La maldita curva 12
Los pilotos decidieron correr como homenaje a su compañero, pero se modifica el trazado y no se pasará por el lugar del fatal accidente
Los pilotos decidieron correr como homenaje a su compañero, pero se modifica el trazado y no se pasará por el lugar del fatal accidente
De vez en cuando, la fatalidad recuerda que los pilotos se juegan la vida en cada curva. Son héroes del siglo XXI, que desafían los límites para subir al podio y alcanzar la gloria. Caen y se levantan una y otra vez, hasta que el destino se lleva a alguno de ellos. Ayer se fue Salom, pero el resto y los organizadores del Mundial decidieron seguir corriendo para honrar la memoria de Luis. La comisión de seguridad dio luz verde para seguir adelante con el fin de semana, aunque la maldita curva 12 quedará desierta hoy y mañana. El Circuito de Cataluña tiene un trazado para los coches y otro para las motos, que no utiliza dos chicanes que la F-1 incluyó para reducir la velocidad a la que se accede a los últimos giros del recorrido. MotoGP decidió no utilizarlos, porque aunque eran más lentos y seguros, el espectáculo y el disfrute de aficionados y participantes podría verse reducido.
Ayer, tras unas cuantas conversaciones, los nombres más ilustres de la parrilla se fueron a inspeccionar la pista y tomaron la decisión de recuperar esos dos pequeños atajos, más enrevesados y que obligan a frenar más y salir menos lanzado hacia la línea de meta. De esta forma, nadie pasará por el lugar donde Salom se dejó la vida, al menos de momento, hasta que se investigue de forma escrupulosa qué es lo que pasó. Por lo que le contaron, Rossi apuntaba a un posible fallo mecánico. Algo que impidió a Luis girar y le abocó a caer o saltar de la moto y arrastrarse por el asfalto hasta que la inercia desapareciera. Un cúmulo de circunstancias por averiguar y en el que se incluye la mala suerte, llevaron al peor final posible, incluso, aunque el accidente se produzca en medio de las más avanzadas medidas de seguridad. Cascos de altísima gama, monos con airbag, botas y guantes a prueba de cualquier abrasión y un circuito de Europa Occidental a la última en seguridad. Además, comisarios experimentados, equipos médicos con la más avanzada tecnología y doctores que las han visto de todos los colores. Esto y más rodea a los pilotos de MotoGP, los Rolling Stones de las dos ruedas, pero aún así el riesgo nunca puede ser cero cuando se negocia una curva a más de 150 km/h. La seguridad llega hasta donde puede, pero más allá están la casualidad y el destino.
Para que los pilotos reconozcan el nuevo camino a seguir tendrán 15 minutos más en el entrenamiento de hoy por la mañana, en el que todos tendrán en la cabeza el recuerdo a su compañero. «No hay miedo, pero claro que lo piensas más al principio», decía Bautista pocos días después del fallecimiento de Simoncelli en Malasia 2011. Entonces, se acusó a los comisarios malayos de falta de experiencia y a una deficiente evacuación del italiano camino del hospital.
Ayer, ninguna de las precauciones falló, tampoco el traslado, para el que hasta había disponible un helicóptero. Todo estaba previsto menos que la moto golpeara a Luis y con él, a todo el «paddock», que hoy volverá a acelerar.
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