Atletismo

La mezcla entre cariño y razón para que María Vicente pase de las lágrimas a la sonrisa: "La lesión está en un cajón cerrado con llave y en el fondo del mar"

María Vicente y su técnico, Ramón Cid, cuentan el proceso de la atleta para superar la rotura en el cuádriceps que la torturó en 2022 y de la que se operó. Llega al Mundial de Glasgow con la mejor marca en pentatlón

María Vicente, tras proclamarse campeona de España
María Vicente, tras proclamarse campeona de EspañaRFEA

María Vicente va a disputar hoy los 60 vallas (11:05 horas, en Teledeporte), hará altura (11:55), lanzará peso (14:20), saltará longitud (20:15) y correrá 800 metros (22:30). Cinco pruebas en menos de doce horas para buscar la gloria en pentatlón en el Mundial indoor de atletismo que se celebra en Glasgow este fin de semana. Cinco pruebas a veces opuestas. ¿Cómo encontrar el equilibrio, el punto justo para el mejor rendimiento? “Igual esa pregunta es más para Ramón, yo sólo acato órdenes y confío en lo que él dice”, admite María.

Ramón es Ramón Cid, sabio del atletismo, el entrenador desde 2020 de una de las joyas del deporte español, campeona del mundo sub 18 de heptatlón en 2017, tanto tiempo hablando de María Vicente que puede parecer mayor, pero sólo tiene 22 años, toda la carrera por delante. Y Ramón responde. "Es la pregunta del millón. Es la complejidad enorme que tienen las pruebas combinadas. Es una manta, si tiras hacia la fuerza de musculación no corres 800, si entreno muchas series largas no saltas longitud o no tiras peso. Tiene una parte de programación, de cuantificar, por decirlo de forma coloquial, cuánto condimento de fuerza, velocidad, resistencia, técnica le metes... Es una parte más científica, de hacer test, de tener una estrategia en función del perfil del atleta; y luego son tantas las variables que se manejan que también tiene una parte artesanal, tienes que ir tocando según pasa la temporada, si te estás pasando de musculación, o nos hemos ido de esto o de lo otro, entonces tienes que ir dando retoques". Y sigue: "Cada especialista en combinadas tiene perfiles distintos, hay quien es más saltador-lanzador, hay quien es más velocista-saltador o más universal, que para mí es el caso de María: se le dan bien todas las pruebas".

"Yo corría, pero mi pierna no funcionaba"

María Vicente

María Vicente llega a Glasgow con la mejor marca mundial del año (aunque algunas rivales no han competido) tras haber mejorado la plusmarca nacional que ya era suya (4.728 puntos), y, sobre todo, está liberada de dolor después de una lesión que la llevó por la calle de la amargura, pero que ya está guardada en el cajón. “Y el cajón está cerrado con llave y en el fondo del mar”, explica la atleta, antes de pasar a describir cómo ha sido todo el proceso. “Me rompí el cuádriceps de la pierna izquierda en el meeting de Madrid (febrero de 2022), intenté hacer una rehabilitación porque al principio me decían que no estaba tan roto como para pasar por quirófano, e intentamos llegar al Europeo de Múnich (en julio), pero mi pierna no funcionaba, no daba más de sí. Yo corría y no me funcionaba, así que en Múnich [tuvo que retirarse del héptatlón] yo estaba con Miquel Àngel Cos, mi fisio, y me dijo que teníamos que darle una vuelta, que cuando acabase la temporada volviese a Barcelona [al entrenar con Ramón Cid se trasladó a San Sebastián] y pidiésemos la opinión de varios médicos”.

Una mezcla entre cariño y razón

Tras hablar con esos doctores y hacerse más resonancias, el resultado fue que el cuádriceps seguía roto. “Tenía dos porciones, una se hizo como una adherencia que no era funcional y la otra estaba rota, entonces decidimos pasar por el quirófano. Era una operación un poco difícil porque había pasado más de medio años, igual el músculo no daba de sí y me tenían que hacer como un implante de tendón y demás, pero gracias a dios todo fue bien y no fue necesario eso”, continúa.

Era octubre de 2022 y el proceso de recuperación fue largo. “Y fue duro”, recuerda Ramón Cid. “Porque estás muy en el anonimato, estás fuera de todo. Sí que urdimos algunos pequeños planes, hacer algún campeonato de España en pruebas no afines, o buscar como recuperación hacer más longitud y triple [pruebas, éstas, afines], para tener presente la capacidad competitiva. Estar en el ambiente en un campeonato, pero fue bastante duro, fue una mezcla entre cariño y razón, había que llevarlo con mucho afecto, pero al mismo tiempo razonando, trabajando en fisioterapia, no perder la condición física, y con ciertos riesgos porque la operación tenía sus riesgos. Hoy lo podemos contar con cierta satisfacción”, prosigue el técnico.

Como novedad en la preparación, María ha pasado el invierno en Sudáfrica, donde atletas de muchos países van en busca del calor, como pasa con Canarias. “Ya me ofrecieron ir antes de la pandemia, cuando el equipo de relevos iba, querían que fuéramos Jorge [Ureña, decatleta español] y yo, pero por tema de estudios no pude ir. Tenía la espinita y como este año había bastante dinero con el Team España Élite decidimos ir y me ha encantado. Me recordaba mucho al CAR, la gente está ahí por y para el atletismo, porque al final en Donosti tengo mi grupo de amigos que salen de farra, quedan a tomar algo, yo no lo hago, obviamente, pero como que lo ves y dices: ¡Ay!”, explica María, que en esta temporada de pista cubierta ha batido sus marcas en altura, peso, 800, 60 lisos y 60 vallas. “Yo creo que tiene mucho que ver lo que entrenamos allí. Hablaba con Ramón y me daba la impresión de que allí no estábamos entrenando tanto, pero al final no tengo las obligaciones de casa, donde a lo mejor entrenaba menos, pero tenía todo el día lleno: ahora que si paseas al perro, que si tienes que hacerte la comida, ir a comprar... Sin el tiempo de descansar. En Sudáfrica entrenaba más, pero al tener ese tiempo de descanso, de estar en el sofá sin hacer nada, me daba la sensación de que no estaba entrenando tanto”, describe.

También ha hecho algunos retoques, como cuidar la alimentación para perder algo de peso. “Veía a mis rivales, no voy a decir que yo estuviese gorda, pero ellas no tenían ni un ápice de grasa, y yo sabía que era algo en lo que me tenía que poner, todavía no lo he conseguido, pero he mejorado, desde el año pasado he cuidado más la alimentación y estoy más fina, no sé si se nota, pero está saliendo mejor, yo creo que todo suma, sin obsesionarse tampoco, porque hay que tener reservas después para llegar al 800”, describe.

Entre pruebas, para mantener la concentración, le dice a su entrenador: "Ahora voy a apagarme"

A esa última prueba llega con un lema que se le quedó grabado de su primer entrenador: “Me dijo que las pruebas hay que disputarlas una a una, como una final de un campeonato de lo que sea, a tope, pero es hacerla y borrón y cuenta nueva, haya ido bien o mal, no podemos estar centrándonos en lo que ya ha pasado. Si me ha ido mal en una prueba no puedo intentar querer recuperar en otra, como que esa energía se desvía, y si te ha ido muy bien, tampoco te puedes relajar o seguir festejando”. Y entre una y otra, para no perder la concentración, le dice a Ramón Cid: “Ahora voy a apagarme”.