MotoGP
Marc Márquez en su primer día con la Ducati: cuidado, que viene el coco
El piloto de Cervera vuelve a sonreír, disfruta e impresiona en su primera toma de contacto con la Ducati
Marc Márquez está mudo, aunque sus gestos lo decían todo después de subirse por primera vez a la Ducati. No puede hablar como piloto de Gresini porque todavía tiene contrato con Honda, pero su sonrisa era suficiente para confirmar que, como era de esperar, sus primeras sensaciones con la moto italiana son buenísimas. Fueron sólo ocho salidas a pista y 49 vueltas para, en la número 46, hacer el cuarto mejor tiempo del día (1:29.424) y empezar a preocupar a sus rivales, si es que no lo estaban ya. Casi sin saber cómo se arranca esa moto, Marc fue la segunda mejor Ducati, por delante de los dos pilotos que se han jugado el Mundial 2023 hasta el último día en Cheste. Es verdad que Bagnaia y Martín estaban agotados de tanta tensión y no tenían grandes objetivos, pero Márquez tenía prisa por demostrar cosas y por demostrarse a sí mismo que puede volver a ser feliz y competitivo.
«Me lo esperaba, había apostado a que sería el primero hoy», decía el campeón Bagnaia, mientras que su director deportivo, Davide Tardozzi, calificaba la primera salida a pista del de Cervera como «impresionante». Hacía frío y viento en Valencia para el primer test de la temporada 2024 y había cola en la puerta para llegar a la grada principal y ver al ídolo empezar su nueva vida deportiva. No eran las condiciones de temperatura ideales, pero viniendo de donde venía, subirse a esa moto estable en la frenada y en el paso por curva y potente en la frenada hizo sonreír a Márquez en cuanto se quitó el casco. Fue un gesto de picardía, como diciendo que el plan parecía que podía salir bien. Y cuando cruzó meta y se puso en lo alto de la tabla de tiempos por primera vez sacudió la mano derecha en ese gesto típico de: «qué fuerte, cómo va esta moto».
Su objetivo en esa arriesgada apuesta por un equipo privado y una moto satélite era volver a disfrutar para poder alargar su carrera, y para empezar se llevó una alegría enorme. Fue amor a primera vista con su nueva máquina. Pilotó la Ducati que usó Zarco en el GP de la Comunidad Valenciana, una evolución de la versión 2023 no tan avanzada como la que usaba Bagnaia, pero que para él es como ver salir el sol después de meses de lluvia intensa.
Ahora llega el parón de verano, hasta enero no podrá aparecer en los medios con sus nuevos colores y en febrero volverá a probar. De momento se confirma que su talento sigue intacto, así que, cuidado el resto, que viene el coco.