MotoGP
Marc Márquez está atrapado en su metaverso
Marc ha llegado a Assen dolorido física y mentalmente. La Honda no va a mejorar mucho este curso y la opción de cambiar de equipo tampoco es sencilla. Niega los contactos con KTM para 2024
En otros tiempos, cuando Marc Márquez aseguraba en la previa que iba a tomarse las cosas con calma nadie le creía. Pero eran eso, otros tiempos, cuando el «93» era capaz de hacer magia sobre la moto y convertir el agua en vino en las dos primeras vueltas. Ahora la realidad es dura para el de Cervera, que vive atrapado en su propio metaverso del que cada vez parece más complicado salir. Anunció a su llegada a Assen que tocaba dar un paso atrás, ser profesional y hacer kilómetros para dar información a la fábrica ante la ausencia de otros dos de los cuatro pilotos oficiales. Mir y Rins están lesionados y Marc ha llegado a los Países Bajos con un tobillo hinchado, un dedo fracturado y una costilla muy tocada. Todo eso, y además, una moral por los suelos, sin encontrar muchas motivaciones para seguir haciéndose daño. Admitió que no iba a arriesgar y que probaría cosas pensando en el futuro. Se pasó toda la Práctica 1 en el puesto 21, ¡antepenúltimo! y con pocas ganas de ir hacia arriba. Por la tarde las cosas no mejoraron mucho para él, o quizá empeoraron, porque vivió su caída número trece del curso en el único momento que intentó hacer un tiempo, cuando iba a rueda de Maverick. En cuanto abrió gas, al suelo. Terminó el día en el puesto 19º, solo por delante de... sí, de los cuatro pilotos que no tienen plaza fija en el Mundial: Savadori (probador de Aprilia), Bradl (sustituto de Rins), Lekuona (sustituto de Mir) y Folger (el hombre que está llevando la moto de Pol Espargaró).
«He ido todo el día con bastante margen, excepto al final del FP2 que he intentado atacar un poquito más por si daba la casualidad que podía meterme en la Q2, pero en la zona rápida, cada vez que se me mueve la moto, veo las estrellas por la costilla. Este fin de semana iré día a día. El dedo roto y el esguince de tobillo son dolores que se aguantan, pero la costilla incluso cuando subo de pulsaciones me duele y es un circuito exigente físicamente, con cambios de dirección fuertes», explicaba Marc en DAZN tras una jornada en la que acabó a la cola de los competidores titulares en un campeonato que ha dominado de manera brutal desde que llegó. Campeón en 2013, 2014, 2016, 2017, 2018 y 2019, hasta que en el año de la pandemia el brazo derecho se le quebró. Ahí empezó una caída que ahora le ha llevado a tocar fondo, en una pesadilla de la que no le va a resultar fácil despertarse.
En mitad de la temporada 2023 no hay una opción realmente buena para que pueda volver a lo más alto a corto plazo. Le quedan 18 meses de contrato con Honda, el equipo más ganador de al historia que ahora está en una crisis histórica. Porque la evolución técnica ha ido por un lado y los ingenieros japoneses, también los de Yamaha, por otra. Han querido mantenerse en la línea clásica de MotoGP y resulta que Gigi Dall’Igna, el gurú de Ducati, ha cambiado las reglas del juego. Las Ducati, a las que han seguido también KTM y Aprilia, funcionan todas con un enorme potencial aerodinámico que les permite frenar tarde, hacerlo en la trazada buena y ganar tanto en aceleración como en paso por curva. Y lo que es peor, la mayoría de pilotos pueden hacerlo, por eso hay tantos nombres distintos visitando el podio. Mientras las marcas europeas vuelan pegadas al suelo, Honda y Yamaha se quedan atrás y el dato que lo demuestra es que hace un año Quartararo ganó en Sachsenring con un tiempo por vuelta que este curso solo le ha servido para acabar 13º.
Márquez está bien físicamente después de su última operación en el húmero, pero en la MotoGP actual no puede marcar tanto la diferencia con su talento, y menos con una Honda que hace mucho daño y te tira al suelo sin avisar. Ante este panorama, lo fácil parece negociar con los japoneses y separarse a finales de este año, pero resulta que fuera de Honda puede hacer incluso más frío. Ducati gana con su fórmula de pilotos jóvenes que crecen dentro de la marca y no necesitan gastar dinero en Márquez, que además podría romper el equilibrio de poder en la marca. Aprilia no está a la altura de lo que Marc pide en cuanto a rendimiento y solo le quedaría la opción de KTM con Red Bull como padrino, pero los austríacos podrían haber rechazado ya algún guiño de los hombres de Marc y están decididos a apostar por Pedro Acosta. «Ese rumor es totalmente mentira. Es verdad que cuando las otras marcas ven que un piloto está en dificultades preguntan, pero en este caso yo sigo comprometido con Honda, tengo contrato en vigor y sigo trabajando para el futuro. Y tampoco han venido a tocar la puerta. Cuando estás en dificultades hay contactos entre los camiones, mi contrato es con Honda y sigo tranquilo aquí», confirmaba Márquez en DAZN.
Así que, camino de los 31 años, magullado en lo físico y en lo anímico, quizá la mejor opción, aunque suene duro, sea quedarse en Honda y tratar de que desde Japón escuchen sus súplicas y acierten con el motor y la moto de 2024.
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