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Manchester
Juan Mata: «No hay que dejar que el miedo cale»
Se crió con un balón de fútbol, pero es consciente de que la vida va más allá de lo que sucede en el rectángulo verde
Juan Mata (Burgos, 1988) es asturiano, porque algunos asturianos también nacen donde quieren. El fútbol estaba en su casa desde pequeño –su padre fue futbolista del Burgos y del Salamanca–, y antes de comenzar la entrevista comenta con un amigo la victoria del Oviedo, pero aprovecha cualquier momento para escaparse del balón. Estudia dos carreras, Educación Física y Marketing, lee e intenta tocar la guitarra, pero no se siente un bicho raro en su deporte. Hoy iba a ser titular en el amistoso contra Bélgica, que finalmente no se jugará. Se suspendió a última hora de ayer.
–¿Cómo se enteraron de los atentados?
–Tras el partido, al salir del vestuario del Rico Pérez nos empezaron a llegar las noticias y luego ya, vía Twitter y demás, nos fuimos enterando de todo. Nos quedamos en shock. Iba subiendo el número de muertos, iba subiendo el número de explosiones... Una barbarie atroz.
–¿Tenían miedo de jugar en Bruselas?
–Al final en cualquier sitio puede pasar y ahora lo que hay que hacer es no dejar que el miedo cale en la sociedad y hacer una vida normal. Llegamos a Bruselas con la intención de hacer un buen partido, de hablar de deporte, de fútbol, de amistosos, de la Eurocopa de Francia y de nada más. [Al final no pudo ser. El partido se suspendió por la amenaza terrorista]
–Estuvo un año sin jugar con la Selección. ¿Pensó en algún momento que no iba a volver?
–No. Siempre tenía confianza en volver y, además, con un objetivo tan importante como el del próximo verano. El año pasado siempre tuve en mi cabeza que este año iba a venir y por suerte estoy viniendo, y con muchas ganas de seguir haciéndolo hasta el final.
–¿Ha cambiado mucho el equipo en este tiempo?
–Han cambiado jugadores, ha cambiado casi una generación, se ha pasado de una a otra de manera paulatina y tranquila, porque todavía somos muchos los que venimos de 2008 y 2009. Han entrado jugadores nuevos que lo están haciendo muy bien. Pero sólo eso, porque la idea del fútbol, el entrenador y la forma de trabajar son los mismos. La ilusión y las ganas de los nuevos son grandes, pero en los que llevamos más tiempo sigue habiendo hambre.
–Su padre era futbolista. ¿El fútbol era su salida natural?
–Lo viví como algo natural o vocacional. Mi padre iba a entrenar, iba a jugar, mi hermana y yo íbamos a verle con mi madre a la grada y el fútbol siempre ha estado presente en mi vida. Otros deportes también, porque jugaba al tenis de pequeño y hacía otras cosas, pero el fútbol siempre ha sido un poco el día a día de mi vida.
–¿El fútbol, y todo lo que mueve a su alrededor, se nos han ido un poco de las manos?
–Pues sí. Sobre todo lo que hay alrededor, pero lo genera este deporte. Se mueven miles de millones, se mueven traspasos caros, se mueven representantes, asistentes de representantes, asistentes de asistentes de quien sea... Pero si se obtiene todo eso es porque se genera y porque el fútbol mueve millones de emociones y eso seguramente se traduce también en términos económicos.
–¿Qué tiene el fútbol que no tengan otros deportes?
–Quizá que en un partido uno tira 25 veces a puerta y el otro una y gana el que ha tirado una y pierde el que jugó mejor. Quizá en baloncesto es más difícil, porque los resultados son más ajustados, o en otros deportes, pero en el fútbol muchas veces pasa lo inesperado y eso crea afición. Es de los deportes menos predecibles.
–¿Impresiona Van Gaal?
–En principio, sí. (Sonríe). Es una persona muy enérgica, tiene una personalidad fuerte. Luego cuando lo conoces mejor te das cuenta de que es una persona honesta, una persona directa, sincera con sus ideas, que tiene una filosofía de fútbol muy marcada, que va con ella hasta el final, pero en el trato personal lo considero una persona honesta y me gusta.
–¿Cómo lleva la guitarra?
–Más o menos. Intento mejorar, pero a paso lento. Despacio.
–Es un reconocido amante de Murakami, pero ¿hay algo que haya leído últimamente que le haya llamado la atención?
–Últimamente estoy leyendo libros de diseño, de tipografía, de marketing. Más que novelas, libros sobre asuntos concretos y ahora estoy leyendo cosas relacionadas con el diseño gráfico, con la publicidad y el marketing.
–¿Le piden los compañeros que les recomiende libros o música?
–A veces, pero no soy un buen consejero porque tengo gustos medio raros. David [De Gea] y Ander [Herrera], que los veo casi todos los días en Manchester, a veces me preguntan qué tal un libro y les digo si sí o si no.
–¿Se siente alguna vez un bicho raro en el mundo del fútbol?
–No, no, no. Precisamente hoy he estado hablando con De Marcos de la guitarra. Él toca y creo que bastante mejor que yo.
–¿Le ayuda todo eso a ser mejor jugador?
–Hay tiempo para todo. Quizá sirve para desconectar y para aprovechar el tiempo libre no sólo pensando en fútbol. Es bueno a veces oxigenar la mente, pero al final en los entrenamientos, en los partidos, en la preparación mi cabeza está en el fútbol.
–¿Qué tal se le da la cocina?
–La cocina, mal. Es algo que tengo que mejorar necesariamente. Toco la guitarra mejor que cocino, lo que no es una buena señal. Nunca he tenido demasiada paciencia para cocinar. A veces veía a mi madre o a mi abuela cocinando tres horas y luego llegábamos nosotros y lo comíamos en cinco minutos y decía: «Qué desagradecida es la cocina». Me gustaría mejorar y poco a poco voy empezando a hacer cosas.
–O sea, que no se atreve a hacer una fabada.
–No, no. Si la hago puede acabar en paella.
–Tampoco parece una comida que recomienden los dietistas.
–No, pero esporádicamente creo que es recomendable. No puedes comer fabada todos los días, pero cuando voy a casa o cuando viene mi familia a Manchester a verme, una fabadina siempre cae.
–¿Qué tienen los asturianos que cuando se encuentran con un paisanín ya son amigos para siempre?
–Yo creo que el cariño por nuestra tierrina. Cuando vemos a un asturiano parece que uno se transporta a Oviedo, Gijón, Avilés, a donde sea, y sientes el cariño de Asturias, que la verdad, es fantástico.
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