Opinión

La incomparecencia del Atlético lejos del Metropolitano

El equipo lejos del Metropolitano está en una dinámica peligrosa

Simeone, en la banda de San Mamés
Simeone, en la banda de San MamésLuis TejidoAgencia EFE

Arrasado. Así volvió el Atlético de su visita a San Mamés. Y es que los jugadores de Valverde le pegaron un repaso de aúpa a los de Simeone. Fueron dos goles, pero bien pudieron ser media docena porque la impresión fue la de un equipo de profesionales jugando contra un grupo de colegas amateur.

Los colchoneros se vieron desbordados desde el primer minuto en todos los aspectos, tanto tácticamente como en intensidad, ritmo y ambición. Oblak, el mejor jugador visitante, dio la cara después del partido y dijo lo que la gran mayoría de rojiblancos pensaron al termino del encuentro, que así es imposible competir con los mejores.

El aficionado rojiblanco no se merece vivir en este tobogán de emociones permanente en el que se pierde fuera todo lo que se gana en casa. Está muy bien hacer del Metropolitano un campo inexpugnable y conseguir 20 victorias seguidas, pero para pelear los títulos no es viable dejarte ir fuera de casa de la manera en la que lo hacen los del Cholo Simeone.

San Mamés es un campo donde cualquier equipo puede dejarse puntos, faltaría más. El campo del Barca, también. Pero en esas visitas, sumadas a las de Valencia y Las Palmas, los de Simeone han sido incapaces de competir y han dado la sensación de no tener capacidad de llegar siquiera a poder puntuar ante la superioridad clamorosa de sus rivales. Todo eso es precisamente eso lo inadmisible de la situación.

Por muy bien que esté haciendo las cosas el Girona, que es cómo las está haciendo, si en 16 partidos te saca siete puntos es que algo mal estas haciendo tú. Si el problema es físico o de plantilla, es difícil entender la gran diferencia que existe cuando el equipo juega ante su afición o no, por lo que la reflexión debe llevar directamente al juego y la intención con la que sale al campo el equipo en estadios ajenos.

Lo ocurrido en la última jornada en Bilbao no es un accidente, es una dinámica y es peligrosa si los rojiblancos no quieren despedirse de la pelea por el título antes de terminar la primera vuelta.