Navarra
Helvetia Anaitasuna, honor a unos valores
El equipo navarro apeló a la humildad para asegurarse de nuevo un puesto europeo
El equipo navarro apeló a la humildad para asegurarse de nuevo un puesto europeo
La vuelta de honor con la que La Catedral aclamó a sus jugadores tras caer derrotados en la final de la Copa del Rey de balonmano habla a las claras de lo que está logrando el Helvetia Anaitasuna para el deporte en Navarra. Había una recompensa: el histórico club volverá a jugar un año más en la competición europea en virtud del subcampeonato ante el todopoderoso Barcelona.
El equipo azulgrana revalidó el título al ganar 30-33 en una reñida final jugado en el pabellón pamplonés ante el anfitrión, el Helvetia Anaitasuna, en un partido muy disputado debido a la oposición del conjunto navarro, que obligó al campeón a emplearse a fondo. De ese modo, y tras derrotar en la semifinal al Naturhouse, el Anaitasuna concluye una temporada sobresaliente al clasificarse por segundo año consecutivo para la competición continental.
De ahí que las palabras del entrenador del primer equipo, Juanto Apezetxea, al término de la final, fluyeran a medias eufóricas, a medias resignadas. «Acepto la enhorabuena», advertía después de felicitar al rival y a su técnico, Xavi Pascual. «Pero estoy molesto por haber perdido. El planteamiento lo dispongo para ganar, juegue contra el Barcelona o contra el último», manifestó antes de subrayar los réditos sociales y económicos que han comportado haber organizado en Pamplona la fase final del torneo copero.
El club vuelve a estar de enhorabuena. Es el premio a la consolidación del proyecto del Helvetia Anaitasuna, que cuenta con un equipo cada vez más firme temporada tras temporada, sin perder los valores que la entidad navarra ha lucido desde su inicio, cuya protohistoria se remonta a los finales de la década de los años 40. Y esta temporada lo ha hecho, además, de la mano de un técnico de la casa, Apezetxea, quien, con su llegada, ya iniciado el curso, cumple su tercera etapa en el equipo navarro.
Palabras como «coraje», el preciso para competir en la élite del deporte europeo; «ilusión», como maquinaria transformadora; o «futuro», representado por la veintena de equipos filiales del Helvetia Anaitasuna, representan el alma de un club cuyo crecimiento es el resultado de la vertebración de un club donde tan claramente cristalizan los valores fundacionales en el día a día.
Disputar finales como la de la Copa del Rey o jugar en Europa frente a los mejores del continente es sin duda un incentivo para continuar en la misma línea. Y el Helvetia Anaitasuna lo logra precisamente en una campaña en la que el club ha seguido incrementando el peso de la cantera como apuesta integrada en los pilares del deporte en Pamplona.
«Lograr esto no cuesta sólo dinero, sino tiempo. Muchos años trabajando por una orientación clara y definida de apoyo al balonmano», declara Javier García, director de Marketing y Comunicación del grupo Helvetia, patrocinador del Anaitasuna y de las celebradas selecciones nacionales masculina y femenina de este deporte.
«En Helvetia nos seduce más el trabajo en equipo que el individual. En el balonmano hay un director de orquesta, el entrenador, mientras que los compañeros han de sacrificarse por el conjunto, ya que los errores de unos son compensados por los aciertos de otros. Son valores colectivos que asocian mucho a Helvetia con el balonmano», señala.
Helvetia ha encontrado en el balonmano un espejo para reflejar los valores del grupo. Por eso, el reconocimiento a las selecciones nacionales o a los equipos a los que patrocina, como el Anaitasuna, suponen el justo premio a su decidida apuesta por el deporte. «Estamos encantados con los éxitos del balonmano en España. Y para nosotros resulta más satisfactorio si es Helvetia el nombre al que se asocia».