La temporada pasada, cuando empezaba a ser un habitual en las convocatorias de la Selección, se rompió los ligamentos de la rodilla derecha por tercera vez. Ante Bosnia debutó con España

Sergio Asenjo (Palencia, 1989) estaba llamado a ser el heredero de Casillas en La Roja. Su primera lesión abrió las puertas del Atlético a De Gea. Después, se rompió los ligamentos dos veces más. Pero siempre vuelve. Y con fuerza. Siete partidos con el Villarreal le bastaron para que Del Bosque volviera a confiar en él, aunque fuera como invitado, y le hiciera debutar con España.

–¿Qué pensó cuando se volvió a lesionar?

–Que tenía otra lucha por delante. Ya lo había superado un par de veces y sabía lo que tenía que hacer para volver a ser el mismo. Con ganas y con ambición, creo que lo he conseguido.

–¿Ha sido diferente a las otras?

–Esta última ha ido perfecta desde el primer día y creo que la afronté desde la mejor manera posible. Estaba en un club donde me sentía querido, sabía que me estaban esperando y he trabajado duramente todos estos meses para volver a jugar en el Villarreal. Cuando tenía el estado de forma idóneo el míster me ha dado partidos importantes y acabar la temporada en la Selección no estaba ni en mis mejores sueños.

–¿De dónde saca la fuerza para recuperarse una y otra vez?

–Mi pasión es estar en la portería, muchas veces me ha lastrado la rodilla, pero siempre he mirado al futuro con ambición. Otra vez estoy aquí y con ganas de seguir mejorando y que cada día se vea un Asenjo mejor.

–¿Hablaba Marcelino con usted mientras estaba lesionado?

–Sí, por supuesto. Ha sido muy cercano conmigo ya cuando me recuperaba aquí en Madrid y cuando continué en Villarreal. Tenía plena confianza en mí, en que me iba a recuperar perfectamente. Con lo que nos estábamos jugando apostar por un portero que llevaba tantos meses sin competir no es fácil y lo hizo.

–¿Qué le hace más ilusión, el primer día de entrenamiento o el primer partido tras la lesión?

–El primer día que pisas el césped es una experiencia única. Después de tantos meses en el gimnasio, aunque sea en deportivas, salir a trotar es una experiencia única. Pero ese día de Leverkusen, cuando ya saltas a calentar en un estadio importante... Son pequeños detalles que meses atrás esperas que lleguen y los aprovechas disfrutándolos a tope.

–¿Se sintió raro cuando se puso en la portería en Leverkusen?

–Sinceramente, me encontré muy tranquilo. No sentía esa tensión que podía tener después de tantos meses sin jugar. También es la confianza que tienes en ti mismo. Ves que entrenando estás a un buen nivel y tus compañeros te hacen saber que te están viendo muy bien. Todo eso suma y te hace sentir la confianza necesaria para un partido tan importante.

–Cuando reaparece en Leverkusen, ¿se imaginaba que iba a regresar a la Selección?

–No, para nada. Yo lo que quería era acabar bien el año, llegar a mayo con buenas sensaciones para afrontar la siguiente temporada con la mente limpia.

–Dijo Del Bosque que era el único al que había llamado personalmente antes de dar la lista...

–A nivel personal se ha portado conmigo de diez, desde la visita al hospital ha continuado preocupándose por mí. Fue el primero que me envió un mensaje cuando volví a jugar en Leverkusen. A nivel humano se ha portado de manera impresionante conmigo, estoy muy agradecido.