Betis
Lopera: «Prefiero morir a perjudicar al Betis»
El expresidente del Real Betis Manuel Ruiz de Lopera ha declarado hoy que le ha costado «muchísimo dinero» su gestión durante veinte años al frente del club, al que afirma que ha avalado con 300 millones.
El expresidente del Real Betis Manuel Ruiz de Lopera ha declarado hoy que le ha costado «muchísimo dinero» su gestión durante veinte años al frente del club, al que afirma que ha avalado con 300 millones.
El expresidente del Real Betis Manuel Ruiz de Lopera ha asegurado hoy que le ha costado "muchísimo dinero"su gestión durante veinte años al frente del club, al que afirma que ha avalado con 300 millones de euros, y ha subrayado que prefiere morirse a perjudicarlo porque es bético desde que nació.
Así se ha manifestado Lopera en respuesta a su abogada, Encarnación Molino, que ha sido a la única parte que ha contestado en el juicio que se sigue en la Audiencia de Sevilla por presunta apropiación indebida, delito por el que la Fiscalía le pide tres años de cárcel.
Después de que el juicio se reanudara hoy tras el fracaso del acuerdo entre los demandantes, Lopera ha explicado que nunca quiso ser presidente del Betis; y ha asegurado que varios expresidentes le pidieron su presencia en la directiva, época en la que le regalaba televisores a los jugadores por ganar partidos.
Ha dicho que rechazó todas las propuestas hasta que se implicó en 1992 por el riesgo de que el equipo desapareciera si no se acogía al plan de saneamiento exigido.
Con una deuda de 4.000 millones de pesetas y el campo vendido al expresidente del Sevilla José María de Caldas, Lopera ha dicho que compró todas las acciones del equipo "para salvarle la vida", y ha relatado que fue vendiendo acciones pero no las quería nadie.
El Betis no tenía campo y ahora "ahí lo tenéis", ha subrayado Lopera antes de afirmar que el equipo no tenía dinero "ni para viajar" y además el presidente que le antecedió, Hugo Galera, le dijo que no quería aportar nada.
"Tuve que pagarlo todo de mi bolsillo", ha dicho el expresidente bético, quien ha añadido que si sus empresas Tegasa y Encadesa no avalaban las operaciones del Betis, no se le concedía al club "ni una peseta".
Por ello empezó a avalar los fichajes, la construcción del campo o la ampliación de la ciudad deportiva, a la que le puso vallas porque los vecinos llevaban los perros a hacer sus necesidades.
Lopera también ha asegurado que no pretendió nunca ganar dinero con el Betis ni ha ocultado ningún documento a la Policía ni al juzgado, y ha dicho que avaló personalmente los fichajes de Alfonso del Real Madrid, con mil millones de pesetas, o el de Denilson, con 33 millones de dólares.
Esos eran buenos fichajes "y no los de ahora, con perdón", ha resaltado Lopera en el juicio, lo que ha provocado las carcajadas de las partes personadas y del público asistente.
La política de avalar personalmente las operaciones le ha llevado a que ahora se ejecuten avales contra él por parte del Benfica y del Zaragoza, club del que fichó a Sergio García, según Lopera, quien ha añadido que no quiso cobrarle nunca al Betis ni ponerse un sueldo, como hacían otros presidentes de equipos de fútbol.
También se ha vanagloriado de que en veinte años nadie devolvió ni uno de los pagarés que emitió, y ha reiterado que las decisiones en sus empresas las tomaba él y no otros de los acusados en este caso.
En el capítulo de fichajes, Lopera seguía una estrategia según la cual el 40 % del sueldo era el contrato federativo y el 60 % de imagen gestionados por Tegasa, de modo que si un jugador no rendía o se iba de "cachondeo", lo que alguna vez ocurrió, no se le pagaba la segunda parte del sueldo y los futbolistas optaban por irse, lo que dejaba al club "encantado".
En este caso, el Ministerio Fiscal reclama a Lopera, en concepto de indemnización para el Betis, una cantidad de 591.017,41 euros además de otra de 3.078.000 euros, de las que deben responder solidariamente María Teresa González Martínez y Mercedes Ferraro, también encausadas.
La defensa de expresidente bético, por su parte, asegura que Lopera presentó garantías por más de 200 millones de euros entre 1993 y 2008 en forma de un "auténtico mecenazgo gratis y desinteresado", y añade que no cometió la apropiación de la que se le acusa y tampoco perjudicó a la entidad ni obtuvo beneficios para él y su entorno familiar.
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