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¿Falta de actitud?

Karim Benzema tira el balón en el encuentro ante el Villarreal
Karim Benzema tira el balón en el encuentro ante el Villarreallarazon

Sólo en tres partidos de los quince de Liga ha corrido el Madrid más que su rival. El equipo de Benítez no logra completar un encuentro redondo y le cuesta mantener la concentración.

Correr no es sinónimo de intensidad ni atención, pero en correr es en lo que se fijan los aficionados cuando llegan los días malos. Rafa Benítez estaba consternado tras la derrota contra el Villarreal: no entendía qué había pasado durante la primera mitad. Cuando más tenía que correr el Madrid, cuando más tenía que apretar, resultó un equipo superado por el rival. Y después, al recuperar la iniciativa y jugar contra reloj, ya no le dio tiempo ni tuvo suerte para al menos empatar cuando lo había merecido. No consigue el equipo de Benítez hacer un partido completo, siempre se le queda un «pero» colgando. Sólo contra el Malmoe, en la «Champions», en un duelo sin nada en juego, estuvo intenso casi todos los minutos.

En Liga, sin embargo, apenas se ha visto un encuentro donde al equipo se le vea con ganas de principio a fin, ni siquiera en choques que se ponen muy cuesta abajo, como el del Getafe que acabó con un 4-1 y que supo a poco a la grada tras una segunda parte larga y sin emoción. O el equipo se dosifica o le falta atención en momentos importantes. De las quince jornadas de Liga, sólo en tres han corrido más los hombres de Benítez que el rival: en las goleadas contra el Betis y el Espanyol; y en uno de los mejores encuentros esta temporada: la victoria contra el Celta, en Vigo, cuando el conjunto local sumó 107 kilómetros, por los 111 que hicieron los blancos.

«Que un equipo corra mucho sólo significa que está capacitado para correr mucho. Tiene que correr mucho y bien. Cuando un jugador corre mucho significa que no está bien colocado», ha explicado el entrenador a lo largo de esta temporada. Pero también puede entenderse que a veces el rival le pone más intención.

Es verdad que en el fútbol no siempre es necesario correr más para jugar mejor o ganar los partidos. Con menos kilómetros, el equipo que entrena Benítez ganó, por ejemplo, en San Mamés y le basta para superar a rivales como el Eibar, Las Palmas o el Granada. El Barça tampoco necesita correr más que el contrario para vencer. Sólo en seis choques de Liga suma más kilómetros que su rival. Uno de ellos contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

También corrió más el Atlético en el derbi (120 kilómetros contra los 111 de los de Benítez) o el Sevilla (118 frente a 111 de los blancos). Y cuatro kilómetros más hizo el Villarreal el domingo. Es decir, que contra los primeros en la clasificación, el Real Madrid sólo ha ganado al Celta, contra quien ha corrido más. «Está visto que para ganar los partidos hay que salir más enchufados, con más determinación», decía Pepe. «Ha faltado intensidad y un poco de espíritu», contaba Ramos.

Es «inexplicable», decía también Rafa Benítez, siempre tan racional, seguro de que al final los datos dan la explicación a casi todo. Pero del partido contra el Villarreal no halló una manera de descifrar qué había pasado. El técnico es muy didáctico, a veces hasta el exceso, con jugadores consagrados, que le miran con la desconfianza con la que los futbolistas observan a entrenadores sin pasado sobre el césped. Y por alguna razón, se despistan cuando el equipo está jugándose alcanzar al Barcelona y volver a pensar a lo grande en la Liga. En el club están preocupados por lo que está sucediendo. «Sabemos lo que son diez minutos malos en una noche europea, así que tendremos que tener máxima atención y confianza», decía ayer Butragueño acerca de la Roma, el rival de los blancos en los octavos de la Champions.