Barcelona
El último fichaje de Del Bosque
Contra Costa Rica, Cesc volvió a marcar después de dos años sin gol con la Selección y a parecerse al de siempre
El jueves cumplió 96 partidos con la Selección, pero Cesc Fábregas (Arenys de Mar, 1987) es el último «fichaje» de Vicente del Bosque para la Selección. En los últimos tiempos, su rendimiento con La Roja había descendido y su lugar parecía estar derivando hacia los partidos amistosos, los que habitualmente reserva el seleccionador para los nuevos y los suplentes. Cesc sólo ha jugado dos de los cinco partidos oficiales que ha disputado España desde el Mundial, aunque en los dos completó los noventa minutos. Además, ha disputado tres amistosos: contra Francia, Holanda y Costa Rica. La muestra de la caída de su juego es que llevaba dos años sin marcar un gol con la Selección hasta que superó a Keylor Navas en León. El 8 de junio de 2013, en un amistoso de preparación para la Copa Confederaciones contra Haití, había llegado el último.
Demasiado tiempo para un futbolista que se convirtió en la referencia ofensiva de La Roja en la última Eurocopa. La ausencia de Villa por lesión hizo que Del Bosque confiara en él como «falso 9», la mejor manera de añadir un centrocampista y encontrar espacios en defensas que se encierran. En la Eurocopa marcó en los dos primeros partidos y, desde entonces, sólo ha conseguido goles en los amistosos.
El Europeo fue el último momento de gloria de La Roja y también de Cesc, que dejó de ser importante en el Barcelona y acabó siendo traspasado al Chelsea. Fue la renuncia a un sueño, pero no un paso atrás. El fichaje por el equipo londinense le ha convertido en el futbolista español mejor pagado, según la lista «Forbes».
Del Bosque, que prefiere llamarle Fábregas en público, nunca ha perdido la fe en el futbolista, aunque su presencia en los partidos importantes ha disminuido. En la Copa Confederaciones sólo pudo disputar los tres encuentros de la primera fase. La semifinal ante Italia y la final contra Brasil se las perdió por culpa de unas molestias musculares. En el Mundial sólo jugó 12 minutos en el estreno frente a Holanda y 22 contra Australia cuando La Roja ya estaba eliminada. Su escasa participación en Brasil provocó un enfrentamiento con el seleccionador durante un entrenamiento antes del partido contra Chile. Del Bosque acabó quitándole el peto con el que se entrenaban los titulares y no jugó el partido.
Durante este tiempo se ha cuestionado su compromiso con la Selección, algo que sólo sucede desde que España no gana, aunque ni la Federación ni el seleccionador dudan de él. Faltó a alguna convocatoria por lesión, igual que Diego Costa, y Del Bosque llegó a decir: «Cuando vuelvan, puede que su sitio lo haya ocupado otro». Pero todo ha regresado a la normalidad.
Cesc es un canterano de La Roja. Ya fue Balón de Oro y Bota de Oro en el Mundial sub’17 de Finlandia en 2003, justo antes de su fichaje por el Arsenal. «Siempre me he sentido importante en la Selección. Llevo 96 partidos y cada vez que me llamen estaré aquí», dijo ayer el futbolista.
Ha pasado el tiempo y ahora es uno de los más veteranos. «Cesc es un ejemplo para todos los jóvenes», dice Juan Bernat. «Nos vamos haciendo mayores y ves cómo ahora vienen niños. Tienes más responsabilidad por toda la experiencia de estos años», reconoce Fábregas.
Frente a Costa Rica, con máscara, volvió a parecerse al de siempre y, además consiguió el gol de la victoria. Mañana, contra Bielorrusia, ya sin máscara después de haber superado una operación por la fractura del tabique nasal, su sitio en principio debe estar en el banquillo. Aunque Del Bosque sabe que tiene a uno de los de siempre para solucionar problemas.
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