Escándalo
La novia cubana de 16 años a la que Maradona quiso llevarse en una maleta desvela los detalles de su relación
Diego la conoció durante su estancia en Cuba para desintoxicarse de las drogas
Mavys Álvarez inició su relación con Diego Maradona cuando era una niña. Tenía solo 16 años y conoció al exfutbolista cuando este se encontraba en Cuba para seguir un tratamiento de desintoxicación por su adicción a las drogas. En una entrevista concedida al programa América Noticias de la cadena América TeVé del Canal 41 de Miami, Mavys desveló cómo conoció a Maradona, fallecido el pasado 25 de noviembre, y cómo fue su relación con él.
La vida Mavys cambió el 1 de septiembre de 2000, cuando durante un paseo por la ciudad de Matanzas un hombre le paró y le propuso que acompañara a Maradona, que no atravesaba su mejor momento después de que su pareja de entonces, Laura Cibilla, hubiera regresado a Argentina después de una discusión con el exfutbolista.
“Al principio pensé que quien me proponía eso estaba loco. Era un cubano. Después supe que era el socorrista del hotel. En el coche nos miraba Carlos Ferro Viera, amigo de Maradona. Estuvieron más de una hora convenciéndome de que era importante ayudar a Diego, que era una figura mundial, amigo de Cuba y que estaba deprimido. Y finalmente acepté”, contó Mavys.
“En el hotel me recibió Guillermo Coppola, un amigo de Maradona. Ahí me asusté muchísimo porque estaba solo con una toalla y pensé lo peor.Unos minutos después me recibió Maradona. Conversó mucho conmigo y me dio confianza. Me cayó bien. Nunca se propasó. Me invitó junto a mi familia al día siguiente a cenar al palacio Dupont. Yo era una niña. No tenía maldad ninguna. Él era un extranjero, un rico y se había fijado en mí. No podía decirle que no. Era un privilegio ser su novia”, continuó.
La vida de Mavys cambió para siempre y pasó de vivir con estrecheces económicas a hacerlo rodeada de lujo. Pero por todo ello terminó pagando un alto peaje, ya que acabó enganchada a las drogas y al alcohol. Con el paso del tiempo. Mavys, pese a la oposición de sus padres, se fue a vivir con Maradona a La Pradera, el centro de desintoxicación en el que estaba internado. Allí Diego tenía dos casas, una para él y otra para el séquito que lo acompañaba. “Mi mamá no lo tomó nada bien. Tampoco mi papá. Pero a esa edad uno suele ser muy rebelde y no tener en cuenta el criterio de los padres. La vida con Maradona era muy loca: fiestas, discotecas. Me llevaba a comer…. Nunca imaginé que después me metería en las drogas de la que me costó tanto trabajo salir”, contó Mavys.
“Al cabo de estos años me da pena de mí misma saber que tenía 16 años y fui parte de todo eso. Pero fue una experiencia más que tuve en la vida. No escogemos lo que nos toca vivir. Simplemente me dejé llevar”, agregó Mavys, quien quiso dejar claro que nunca quiso participar en las fiestas sexuales que le propuso Maradona.
Pese a la edad que tenía su novia, Maradona no infringió ninguna ley en Cuba. América TeVé contactó con Laritza Diversent, directora de Cubalex, una organización que defiende y promueve los derechos humanos en la isla, quien aseguró que “en Cuba no se criminalizan las relaciones con menores de edad. A partir de los 14 años las niñas pueden casarse con el consentimiento de sus padres. Las relaciones sexuales sólo constituyen delito si se realizan bajo estupro, es decir, si el adulto utiliza el engaño o el abuso de superioridad sobre el menor”. “Él me cayó bien, me deslumbró. Fue una relación consentida”, aclaró Mavys, quien aseguró que nunca ejerció la prostitución.
La obsesión de Maradona por su joven novia cubana le llevó a intentar llevarla a Argentina en la maleta de metal que utilizaba habitualmente para trasladar sus botas, balones y demás enseres voluminosos en sus viajes, similar al empleado para transportar instrumentos de música. “Quiero que le hagan agujeros para que pueda respirar”, pidió Maradona a sus asistentes, según desvelo Teleshow, de Infobae. Al parecer, Diego ya había comprobado que Mavys cabía en la maleta y había decidido sacarla así de Cuba. Maradona quería que la joven cubana estuviera con él en el partido homenaje que le hicieron el 10 de noviembre de 2001 en La Bombonera de Boca Juniors. Ese día fue en el que Maradona pronunció la famosa frase de “la pelota no se mancha”.
Finalmente, Guillermo Coppola consiguió reunirse con Fidel Castro, con el que Maradona mantenía una excelente relación, y logró un permiso para que Mavys pudiera salir de Cuba con la condición de que regresara en menos de 20 días.
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