F-1
Así es la mente femenina que domina el Mundial de Fórmula Uno
La jefa de estrategia de Red Bull, Hannah Schimtz, se ha convertido en una pesadilla para Mercedes y Ferrari
El papel de la mujer dentro del deporte ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. Todavía quedan especialidades en las que el hombre es mayoría y una de ellas es la Fórmula Uno. Al contrario de lo que ocurre en otras disciplinas, el automovilismo no compite en categorías divididas en hombres y mujeres. Si no hay mujeres en la F-1 es porque su nivel no ha estado a la altura de los competidores. Ya sea en categorías inferiores como el karting o los monoplazas de la F3 o F2, todos corren juntos y tienen las mismas oportunidades. Por lo que sea, ninguna mujer todavía ha llegado a lo más alto y no es por una cuestión de prohibición. Sin embargo, fuera del asfalto la figura femenina empieza a tomar mucha importancia en este deporte al nivel más alto. En los años 90 fue un grupo de mujeres la que comandó el desarrollo de los lubricantes. Se trata de un grupo de especialistas en química cuyo trabajo ofrecía un mayor potencial a los motores. Después llegaron ingenieras como Antonia Terzi en Williams y, poco a poco, las mujeres fueron ocupando puestos cada vez de mayor responsabilidad.
El ejemplo más claro en la actualidad es el de Hannah Schmitz, jefe de estrategia de Red Bull y la persona que dirige todo un equipo de matemáticos e ingenieros que realizan en cada carrera miles de cálculos y probabilidades tácticas ayudados de complejos softwares que ofrecen mútiples soluciones…aunque la persona que toma la decisión final es solo una. Hannah Schmitz estudió en la Universidad de Cambridge ingeniería mecánica y a finales de 2009 entró como estudiante en prácticas del equipo Red Bull para ejercer labores de modelado de piezas. Dentro de la escudería muy pronto se dieron cuenta del potencial de su prodigioso cerebro y fue ascendida rápidamente a la estructura de las estrategias. Su capacidad de análisis de los datos recogidos durante todo el fin de semana y su arte para improvisar teniendo en cuenta toda esta información no pasaron inadvertidos para los responsables. En 2019 subió al podio como representante de Red Bull en el Gran Premio de Brasil en 2019 junto a Max Verstappen. La decisión de que el holandés entrara a boxes significó quedarse con la primera posición. Algo que volvió a ocurrir en el pasado Gran Premio de Abu Dabi cuando Verstappen logró el título gracias a la decisión de hacer lo contrario que su rival, Lewis Hamilton.
Ahora ha vuelto a la actualidad por la gran estrategia que planteó en el reciente Gran Premio de Hungría en la que el vigente campeón, después de salir en la décima plaza, terminó ganando la carrera gracias a un planteamiento táctico perfecto. «Creo que es increíblemente emocionante. Te sientas en el borde de tu asiento cuando tomas esa decisión en una fracción de segundo. Entonces tienes quizás 20 segundos, lo que no suena como poco tiempo, pero en una carrera, estar sentado esperando ver si tu decisión ha valido la pena puede parecer una vida entera», afirma Schmitz. «Un consejo que alguien me dijo una vez es que si volteas las manos, con las palmas hacia abajo, te ayuda a ser más claro y autoritario en lo que dices. Como estratega, tienes que decirle a mucha gente qué hacer y tienen que escucharte, por lo que debes construir esa confianza y creo que, como mujer, desafortunadamente eso fue lo más difícil. Pero ahora tengo ese respeto y espero que otras mujeres jóvenes que quieran entrar en el deporte vean que pueden hacerlo, que pueden aceptarlo y veremos más diversidad».
Hannah, de 37 años, asiste a reuniones con los responsables del equipo como Helmut Marko, Christian Horner o «Rocky», el ingeniero con el que Vettel ganó cuatro títulos de forma consecutiva. La ingeniera no tiene experiencia como piloto ni antes el automovilismo fue una de sus grandes pasiones. Sin embargo, el análisis de los datos y su capacidad para improvisar la han convertido en una de las claves para que Red Bull tenga el éxito que está cosechando. Es cierto que tienen a uno de los mejores pilotos del mundo, al mejor diseñador de coches y los mejores motores. Pero la que toma las decisiones, la que arriesga y la que acierta en la mayoría de los casos es ella. Todo esto contrasta con las decisiones tomadas por sus rivales, sobre todo en el caso de Ferrari, cuyos errores, en muchos casos forzados por ella, han costado prácticamente el título a Leclerc y Sainz, que ya están muy lejos de poder seguir en la pelea.