Michael Schumacher
Falsa paz
Este fin de semana en Malasia, Rosberg y Hamilton vuelven a verse las caras. La tensión es máxima en la lucha por el título.
Este fin de semana en Malasia, Rosberg y Hamilton vuelven a verse las caras. La tensión es máxima en la lucha por el título.
En la escudería Mercedes ya no pueden ocultar que el clima de tensión que existe entre sus pilotos resulta extremo. La falsa cordialidad que ambos demuestran fuera de la pista en los actos publicitarios a los que, por contrato, acuden juntos, se vuelve beligerante cuando ambos trazan sus estrategias con su propio equipo. Cada piloto cuenta con una estructura independiente en la que comparten pocos elementos. Y eso no contribuye a crear un clima adecuado dentro del equipo ya que, por más que se empeñen sus responsables, el título está en juego y en cierto modo ya conviven dos bandos. Los favorables a Rosberg y los partidarios de Hamilton. Mercedes presume de ser alemán, pero lo cierto es que la estructura tiene base en Inglaterra y el 70% de sus miembros residen allí y comparten nacionalidad con Lewis. El inglés ya ha demostrado en numerosas ocasiones que se mueve muy bien en esta clase de situaciones. En 2007, con apenas 20 años y con la inestimable ayuda de su padre (Anthony) y su mentor (Ron Dennis), enloqueció a todo un bicampeón y su entorno como era en aquel momento Fernando Alonso. Y ahora, cuando pelea por su cuarta corona, todavía no ha dado su brazo a torcer. La irregularidad califica la actual temporada del vigente campeón y a todo ello se ha unido la firmeza de Rosberg en determinados momentos, unas acciones que le han dado mucha confianza.
El campeonato sigue muy apretado y cualquier cosa vale para despistar al «enemigo». Muchos tratan de engañar al rival configurando el monoplaza de una manera determinada y cambiarla a última hora para desconcertar, no sólo al piloto, sino también a su grupo de ingenieros. La lucha limpia entre ellos no parece que sea una consigna clara ya que han chocado ya en dos ocasiones. Y la tercera no debe de estar muy lejos. Las declaraciones a la Prensa también forman parte de la batalla psicológica y todo cuenta para intentar desestabilizar al rival. Rosberg tiene ya el «triste» sambenito de ser el piloto con mayor número de victorias sin haber sido todavía campeón del mundo. La estrategia del más alto nivel ya trabaja en ambos lados y tanto Rosberg como Hamilton se disponen a protagonizar una bonita batalla para los espectadores y todo un suplicio para los jefes de Mercedes.
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