Fútbol
Dovbyk masacra al Sevilla y Montilivi es Disneylandia (5-1)
El delantero ucraniano anuló la ventaja sevillista con tres goles en seis minutos. Luego el líder de la Liga se gustó
Fueron seis minutos y medio de vértigo en el que un ciclón llamado Savinho y un martillo apellidado Dovbyk masacraron a un Sevilla que, sin embargo, había comenzado mandón y eficaz. Isaac, el casi debutante, marcó su tercer gol en tres apariciones como profesional y Girona no había comparecido en la gélida noche de Montilivi. ¿Mal del altura para el inesperado aspirante? Quia. Entre el eléctrico brasileño y el goleador ucraniano reventaron a los chicos de Quique Flores en un pispás.
Le había encomendado el técnico sevillista a Jesús Navas que tapase las subidas de Miguel, una de las revelaciones del campeonato, y no había que con esa consigna estaba cavando su propia tumba. El lateral cedido por el Real Madrid arrastró al capitán sevillista hacia el medio, un aclarado en toda regla para que Savinho, un peso pluma supersónico, quedase mano a mano con el corpulento Nianzou. Le hizo un traje, claro. Sus dos primeras incursiones fueron dos servicios para Dovbyk, que crucificó a Dmitrovic primero con la cabeza –brinco monumental sobre el grandote Badé– y luego con el pie, tras prolongación de Portu. En el tercero, el Pichichi provisional retrató a Sergio Ramos, ante el que controló con su corpachón infranqueable, encaró, quebró como a un cono de entrenamiento con un recorte y, fuera de combate el camero, ajustó un tirazo raso al palo interno.
Resuelto el partido, pese a que quedaba más de hora y cuarto por disputarse, el equipo de Míchel dio rienda suelta a la diversión. Se embarcó el Girona en una serie de pases con el pecho, taconazos dentro del área, remates a la remanguillé, en ofrecer un espectáculo, en suma, que le añade brillo a la temporada histórica que está protagonizando. El líder gusta y se gusta, hace disfrutar y disfruta... da igual quién juegue y quién falte porque todos sus futbolistas saltan en la palma de la mano.
Al comienzo del segundo periodo, Savinho puso a bailar a Nianzou por enésima vez con un «stop & go» antes de servirle el cuarto en bandeja a Tsygankov. Los jugadores de refresco, que habían salido porque Míchel ya estaba pensando en el compromiso copero del miércoles, completaron la manita: pase medido de Pablo Torre y remate de Stuani después de que Miguel centrase al primer toque. ¿El pobre Sevilla? Bastante tendrá con encontrar a tres peores para no irse al hoyo.
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