Cleveland Cavaliers
Una bofetada a la primera
Los Warriors, que el año pasado empezaron con 16 victorias seguidas, se estrenan con una clara derrota ante los Spurs de Gasol (100-129).
Los Warriors, que el año pasado empezaron con 16 victorias seguidas, se estrenan con una clara derrota ante los Spurs de Gasol (100-129).
No tendrán que preocuparse los Warriors por la presión de superar su arranque histórico del curso pasado. Entonces empezaron con 16 triunfos consecutivos, que llegaron hasta 24 ante su afición. Ayer, en el estreno de Durant, cayeron estrepitosamente frente a San Antonio (100-129), otro de los grandes candidatos al anillo en la conferencia Oeste. En un día se liberaron de la carga de estos récords que quedan en los libros, pero no suelen convertirse automáticamente en títulos. El año pasado, los Warriors empezaron a la carrera y acabaron agotados y rendidos ante la furia de LeBron.
Ahora vuelven a la carga con Kevin Durant a bordo y mucho trabajo por delante. «Mis chicos estaban avergonzados. Lo sé. Vamos a ver el vídeo del partido, porque hay muchas cosas que repasar», decía su técnico, Steve Kerr, al que los problemas en la espalda no le han impedido comenzar el curso sentado en el banquillo. «Ha sido una bofetada en toda la cara, nos va a servir para despertar. Tenemos muchas ganas de mejorar», añadía «Durántula», el hombre que dejó Oklahoma para garantizarse varios anillos junto a Curry y Klay Thompson. 26 puntos anotó el base y 27 el recién llegado, pero ya ha quedado demostrado que no siempre juntar súper estrellas garantiza el éxito. Para empezar, se llevaron un revolcón considerable frente a los Spurs de Pau Gasol, que tuvo un arranque discreto (4 puntos, 2 rebotes y una asistencia en 18 minutos). Es cierto que quedan 81 partidos por delante y que seguramente este tropezón será una anécdota dentro de poco, pero también lo es que el Oracle Arena se llenó y se puso de gala para recibir a su nueva estrella y acabó semivacío cuatro minutos antes del final, cuando Durant y el resto de titulares se sentaron para que los suplentes jugasen los minutos de la basura en una noche para olvidar.
Unas horas antes, al otro lado del país, LeBron enseñaba músculo nada más colocarse el anillo de campeón. El primero para la franquicia y el único desde 1964 en deportes profesionales en la ciudad de Cleveland, que tiene al equipo de béisbol en las finales.
LeBron disfrutó de la habitual ceremonia de los campeones, dejó el anillo en su caja y se puso manos a la obra. Un triple doble (19 puntos, 11 rebotes y 14 asistencias) fue el resumen de la aparición de «King James», que se siente pletórico para arrebatar la sonrisa al juego alegre de los Golden State. Los Knicks (117-88) sólo aguantaron hasta el descanso a los vigentes campeones en el debut en la NBA de Willy Hernangómez. 4 puntos y un rebote en casi diez minutos de juego aportó el español en una noche que a nivel personal no olvidará.
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