El peor Barça del siglo

Unicaja mide hoy la crisis de los azulgrana, que pierden a Navarro y Doellman y tienen la duda de Oleson.

La apendicitis aguda que ha dejado a Juan Carlos Navarro fuera de su decimonovena Copa del Rey es el símbolo de la primera mitad de temporada del actual Barça. Lesiones, falta de química, expedientes disciplinarios, fichaje de temporeros, multas por bajo rendimiento, mal ambiente entre la plantilla y el cuerpo técnico y derrotas, demasiadas derrotas. El enésimo problema físico del capitán es el último contratiempo de un proyecto para el que la Copa puede ser un punto de inflexión o la tumba definitiva.

El ambiente en la plantilla azulgrana no ayuda a que el Barça piense más allá de lo que pueda pasar hoy ante el Unicaja. Mientras los malagueños llegan a Vitoria después de haber ganado al Madrid, en el Palau están más preocupados por desmentir una supuesta reunión de jugadores para cargarse al entrenador. No se hablaba del rival, se hablaba de complots, malas caras, autogestión... Y eso que no hubo reunión. Cosas de Twitter. Fue desmentida por todas las partes, pero las tiranteces entre Bartzokas y los pesos pesados del vestuario vienen de hace semanas y se han agudizado con la reciente multa de 5.000 euros que partió del propio entrenador. Toda la plantilla y el técnico tuvieron que abonarla, aunque para los jugadores, sin excepción, sólo ha servido para distanciarse más de su jefe. ¿Una mala Copa del Rey acabaría con la trayectoria de Bartzokas en el banquillo? Según la directiva, no, pero... Las protestas del Palau, el divorcio con la plantilla y la cada vez más cercana eliminación en la Euroliga harían casi imposible la continuidad del técnico griego en Barcelona.

Bartzokas ha llegado a apostar por la ironía para digerir una situación con la que nadie contaba cuando llegó al club. «Me tengo que preparar muy bien las ruedas de prensa porque cuesta estar al día con tantas lesiones» o «cuando el doctor se acerca me entra miedo» han sido algunas de sus respuestas cuando peor pintaban las cosas. No es para menos. Toda la plantilla ha caído lesionada a lo largo de la temporada, salvo Vezenkov, Eriksson y Tomic. El ala-pívot búlgaro es el único que llega a Vitoria cerca de su estado de forma ideal. Por eso las palabras de Bartzokas antes de viajar a Vitoria suenan más a deseo que a realidad: «Sólo me quedaría satisfecho ganando el título porque el objetivo del Barcelona siempre es ganar trofeos». Más ajustada al panorama azulgrana es otra reflexión: «No sólo por los resultados del último mes sino por los problemas que hay dentro y fuera de la pista no se nos puede contar como favoritos. No hemos podido crear la química necesaria entre los jugadores, que entran y salen, y van y vienen con tantas lesiones como hemos tenido». La última, la del capitán. «Lo de Navarro es otro problema añadido a nuestra difícil situación. Perdemos a uno de nuestros mejores hombres, a nuestro jugador más experimentado, porque si alguien conoce este torneo es él», comenta Bartzokas.

Ante Unicaja no estarán Pau Ribas, Lawal, Navarro ni Doellman. Oleson y Renfroe llegan recién salidos de la enfermería y Faverani lo hará renqueante. Un listado tan amplio como habitual esta temporada.

Hay quien compara la situación de este Barça con el que llegó a la Copa en Málaga en 2007. Aquel grupo dirigido por Dusko Ivanovic aterrizó en el torneo sin ganar tres partidos seguidos y derrotó a Unicaja, Joventut y Real Madrid para proclamarse campeón. El problema azulgrana es que los síntomas que mostraba aquel grupo se han agravado. Incluso los entrenadores de la Liga Endesa que no están en Vitoria apuestan antes por una final en la que esté el Valencia y no el Barça.