Barcelona
63-102. Vuela Randolph, vuela el Madrid
La intensidad defensiva, liderada por el ala-pívot y sus tapones, y la aportación de Llull guíana los madridistas a la mayor paliza lograda contra el Barça en la historia en el Palau (+39)
La intensidad defensiva, liderada por el ala-pívot y sus tapones, y la aportación de Llull guíana los madridistas a la mayor paliza lograda contra el Barça en la historia en el Palau (+39)
«Lo han hecho todo mejor que nosotros», dijo Rice... Y sólo era el descanso, quedaba el remate. Un resumen corto y certero de lo que se estaba viviendo en el Palau. A la tercera (tras la Supercopa y la Liga Endesa), el Real Madrid sí pudo con el eterno rival, y de qué manera. Arrasó liderado por Llull, como casi siempre, desatado en ataque el conjunto de Laso y concentrado en defensa. El base se fue a los vestuarios, a la mitad del duelo, con 17 puntos y sin apenas fallos: 5/6 en tiros de dos y 2/3 en triples. Pero esta vez el triunfo no se cimentó en una heroicidad de «El increíble». Fue una obra coral. Hasta el minuto 17 no logró su primer triple el Barcelona, después de haber fallado los siete intentos anteriores en una estadística en la que el Madrid volaba (8/11), y con variados protagonistas: Doncic logró el primero antes de tener que protegerse en el banquillo por las personales, pero después anotaron Llull, Felipe, Rudy y Randolph (y en la segunda parte Nocioni y Maciulis), que merece un capítulo aparte. El ala-pívot puso el espectáculo. En ataque fue más que correcto; y en defensa, mucho más que intimidador. Dorsey, un mazacote de 206 centímetros y más de 120 kilos, fue el primero en comprobar que la pintura era propiedad del madridista. Se llevó dos tapones espectaculares seguidos el azulgrana. Después fue Tomic quien vio volar a Randolph. En esa ocasión, hasta al Palau se le escapó un «ohh» de admiración. Esas acciones empequeñecen al rival. Duelen en el marcador y en la moral.
En 31 puntos se quedó al descanso un Barcelona sin intensidad ni ideas. Cerrados los caminos hacia los hombres altos, los de Bartzokas dependían en exceso de la inspiración de Rice. Entre él y Tomic abortaron el primer intento de fuga del Madrid (0-7, min 4), que se tomó un pequeño respiro y ya no paró. Si en el Barça todo eran atascos, los blancos las metía desde lejos y a tablero. Hay días en los que el aro parece una piscina. Tenían una motivación extra los chicos de Laso por las dos derrotas que habían sufrido esta temporada. Un parcial de 10-0 fue el golpe para firmar la defunción del encuentro (28-44). Apenas había pasado un cuarto de hora.
En un ambiente de funeral se vivió una segunda parte en la que el Madrid no dejó de defender. Las pérdidas del Barcelona eran una sangría y con ellas el castigo suele ser doble: no anotas tú y permites que el contrario corra al contragolpe y enceste con comodidad. Es como si el Madrid hubiera querido demostrar que lo sucedido en los duelos anteriores había sido casualidad. Las diferencias se movían en la treintena y después de que el Barça tardara siete minutos en lograr una canasta en el último cuarto, llegaron a los 40 y se quedaron en 39, la mayor diferencia de la historia en el Palau. Una humillación deportiva.
- Ficha técnica:
63 - FC Barcelona Lassa (17+15+15+17): Rice (23), Oleson (6), Eriksson (2), Holmes (8), Tomic (5) -cinco inicial-, Dorsey (10), Vezenkov (5), Peno (2), Koponen (2) y Perperoglou (-)
102 -Real Madrid (29+25+21+27): Llull (20), Doncic (8), Maciulis (5), Reyes (9), Ayón (-) -cinco inicial-, Draper (-), Rudy (9), Randolph (18), Nocioni (7), Carroll (19), Hunter (7) y Taylor (-).
Árbitros: Boris Ryzhyk (Ucrania), Carmelo Paternico (Eslovenia) y Matej Boltauzer (Eslovenia). Eliminados: Holmes, por parte del Barcelona.
Incidencias: partido correspondiente a la octava jornada de la Euroliga disputado en el Palau Blaugrana ante 7.013 espectadores. EFE
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