Eurobasket

«He visto a Juancho Hernangómez hacer rondas de tiro que poca gente puede hacer con esa precisión»

La actuación del pequeño Hernangómez en la final del Eurobasket solo era esperada por los que le conocen desde que era joven

Juancho Hernangómez celebra el triunfo en el Eurobasket junto a su hermano Willy
Juancho Hernangómez celebra el triunfo en el Eurobasket junto a su hermano WillyALBERTO NEVADO / FEBALBERTO NEVADO / FEB

Juancho Hernangómez fue el héroe de la final del Eurobasket y se ganó el título de mejor jugador del partido con su acierto en los lanzamientos de larga distancia. Siete de nueve en triples, seis de ellos en un espectacular segundo cuarto en el que sólo falló el último, que ni siquiera habría que contar, cuando el tiempo se acababa y no había más remedio que intentarlo. Una actuación sorprendente del jugador de los Toronto Raptors. O no tanto.

«A un tío como Juancho, que ya tiene un Mundial, que juega en la NBA, la mayoría de la gente no le ha visto hacer esas cosas. Cualquiera que lo ha conocido un poquillo sabía que era capaz de hacerlo», explica Jesús Herráez, entrenador de la cantera de Estudiantes durante muchos años y uno de los técnicos que ayudaba a Juancho en los entrenamientos de tiro cuando era júnior en el club del Ramiro.

El pequeño de los Hernangómez sorprendió por la precisión de sus lanzamientos y por la velocidad a la que es capaz de hacerlos. «Le he visto hacer rondas de tiro y entrenamientos específicos de ejercicio físico con tiro que poca gente puede hacer con tanta precisión. Es superpreciso y superrápido, además. Un tío con ese cuerpo hacía esos ejercicios de tiro a la misma velocidad, por ejemplo, que Darío Brizuela, y decías “es un puto diamante”», recuerda Jesús.

Con Brizuela coincidió en la cantera de Estudiantes y desde el principio se entendieron muy bien. «A Darío ya se le fichó con 19 años. Ya vino con la aureola de anotador. Encajaron los dos muy bien, son superamigos porque son los dos más o menos el mismo tipo de persona. Cuando se para el balón, los dos están en el centro de las risas, pero Darío cuando era júnior era de los de “dame el balón a mí, que yo me la juego”. Eso a Juancho le costaba más», cuenta el ex técnico de la cantera de Estudiantes.

A Juancho le cuesta expresar su liderazgo dentro del campo. Todo lo contrario de los que sucede cuando la pelota no está en juego. «Juancho es muy peculiar: Es el más gamberro del grupo, está en el centro de las bromas, pero por lo que yo he conocido había que pincharle un poco, decirle “que tienes que ser el protagonista”. Le costaba ser un líder, como que le daba cosa destacar demasiado», dice Herráez.

La capacidad del mejor jugador de la final del Eurobasket para liderar las bromas se pudo ver en la rueda de prensa de Sergio Scariolo después de ganar el torneo. Pero nunca discute el trabajo. «Es muy disciplinado», asegura Jesús. «Si había que hacer 100 tiros, hacía 101 o 102, pero nunca menos. Eso también lo he visto, en cuanto ya son un poquito estrellitas te dicen “da igual”. Aunque llevaran solo 70 lanzamientos. Yo creo que en su casa les han explicado a Willy y a él que esto es duro y que hay que esforzarse. Y el tío se esfuerza como el primero. Para nada buscaba las vueltas para hacer menos. Nunca».

Su familia está muy ligada al baloncesto. Su padre, Guillermo Hernangómez, jugó en el Real Madrid y en el Estudiantes. Su madre, Wonny Geuer, fue una de las mejores jugadoras españolas de los años 80 y principios de los 90. Campeona de Liga en tres ocasiones con el Canoe, campeona de Europa con el Dorna Godella, también fue internacional con la selección española, con la que fue quinta en los Juegos de Barcelona ‘92. Los dos han seguido atentamente las carreras de sus hijos. En la final del Eurobasket se los pudo ver en la grada celebrando las hazañas de sus hijos –Willy fue elegido el mejor jugador del campeonato–. A los dos se les podía ver en los entrenamientos y en los partidos de Juancho cuando era júnior. Pero era Wonny la que acudía con más regularidad. «A su padre sí le he visto en la grada pero su madre estaba prácticamente siempre. Y nunca le he oído comentarios negativos, siempre sumando. Y eso les hace ser como son los chavales», asegura el ex entrenador de la cantera de Estudiantes. «Me sorprendería que en alguno de los equipos en los que ha estado haya gente que no le quiera un montón», añade.

Pero hay que ser mucho más que un buen tipo para ser el mejor jugador de una final del Eurobasket con unas estadísticas como las que hizo Juancho. «Tiene un tiro canónico. Hay especialistas que nunca tiran con los pies mirando al aro y la ejecución de Juancho es perfecta. Es un tirador con un físico para ser muchas más cosas, pero siempre ha estado en equipos en los que las demás cosas eran más necesarias y ya había otro que tirara».

Lo suyo es una mezcla de talento y de esfuerzo. «Hay que trabajar. Y él desde luego lo ha trabajado. Hacerlo tan bien y tan rápido hay gente que es capaz de aprenderlo en dos sesiones y quedárselo para siempre. Es una mezcla de los dos, pero para hacerlo tan bien y tan rápido hay que tener algo dentro que no todo el mundo tiene», analiza Herráez.

«A Juancho se le da muy bien la precisión. Recuerdo ejercicios de bote con la izquierda, que no es su mano buena y decir “qué bien se le da esto”. No eras capaz de seguirle sin balón. Tiene un físico privilegiado para el baloncesto», añade. Unas capacidades que explotaron el domingo contra Francia para que España ganara su cuarto Eurobasket. «Como se lo crea y un equipo le dé esa responsabilidad se puede hinchar a meter puntos».