Fútbol

Balliu: “Firmé con el Real Madrid con once años y una semana después fiché por el Barça"

El lateral del Rayo Vallecano atiende a LA RAZÓN horas antes de visitar al Real Madrid. "El Bernabéu impresiona", asegura. Es un fijo en la defensa rayista

Balliu, durante una jugada del partido
Balliu, durante una jugada del partidoRayo Vallecano

Iván Balliu es uno de los encargados de intentar frenar al Madrid. Nació en Caldas de Malavella (1-1-1992), de padres y abuelos españoles, pero es internacional con Albania «gracias» a antepasados paternos. Con 11 años llegó a pertenecer al Real Madrid, pero acabó en La Masia y fue internacional sub’16 y sub’17 con España.

¿Cómo fue el proceso de llegar a la selección albanesa?

Cuando jugaba en Francia recibí una llamada de la Federación albanesa y flipé. Me contactaron para decirme que estaban seguros de que tenía orígenes lejanos allí. Yo no me lo imaginaba. Me quedé en shock y mis padres también. Era una gran oportunidad. Con la ayuda de mi padre empezamos a hacer el papeleo y averiguamos que era cierto que mi padre tenía antepasados que eran de allí. Ellos tienen un grupo de personas que localizan a gente por Europa y que son expertos en averiguar ese tipo de cosas. Las primeras veces me costaba un poco más ir, al principio parecía que, hablando mal y pronto, era egoísta porque decía esto me abre las puertas. Pero luego ya conoces mucho más el país, sus costumbres y lo ves como algo de lo que también formas parte. Estamos cerca de estar en la Eurocopa y eso es un sueño.

¿Le costó renunciar a la selección española?

En España lo veía complicado. Estuve con las inferiores, pero la absoluta era algo lejano. Tener la etiqueta de jugar en una selección es espectacular.

Llegó a tener a Guardiola y Luis Enrique como entrenadores en el filial del Barça...

Hice la pretemporada con Guardiola y cuando Luis Enrique da el salto al filial me hace debutar. Son grandes entrenadores. Me sorprendía las lecturas de partido que hacían porque te decían algo y luego justo pasaba eso.

¿Es difícil salir de La Masia?

Empecé joven y estuve hasta los 20 años. Estuve en la residencia y es vivir en una burbuja. Cuando sales te das cuenta de lo bien que estabas y lo bien que te trataban. Yo iba viendo que la oportunidad para subir al primer equipo era difícil porque estaba Alves y Montoya como suplente. La salida no me pilló por sorpresa. Nunca lo conté, pero primero firmé con el Madrid y una semana después fiché por el Barça.

¿Llegó a firmar un contrato con el Madrid?

Sí. Tenía once años, jugaba en el Girona y me llama el Madrid para ir a conocer el Bernabéu, la residencia y el proyecto que tenían. Me gustó y firmé, pero unos días después me llamó el Barça y quise ir para allá por un tema de cercanía con mi familia. Lo iba a pasar mal por la distancia y sabía que era lo mejor para mí. Mis padres arreglaron todo.

¿Cómo es la semana previa a medirse al Madrid?

No es un rival más. Se vive diferente y entrar en el Bernabéu impresiona. Los nervios se palpan más cuando vas a salir al campo, después desaparecen.

¿Cómo se frena al Madrid?

Estando encima, siendo agresivo, intentando anticiparte en todas las jugadas. El secreto no lo tiene nadie, pero tienen que coincidir muchas cosas y tener buenas ayudas defensivas. Los laterales siempre bailamos con la más fea, pero me encuentro muy bien.

¿Le ha sorprendido el nivel de Bellingham?

Es increíble. Un jugador tan joven y haciendo todo lo que hace... siempre está ahí.

¿Y Vallecas?

Vallecas es diferente. La gente te espera, el ambiente en el estadio es un espectáculo y hay aficionados que nos regalan tortillas. La unión con la afición y cantar «La vida pirata» es increíble. Cuando vienen familiares míos les digo que si ganamos no se vayan que tienen que esperar porque van a flipar. El ambiente es espectacular. Actos como el que tuvo Trejo de dejar la capitanía te demuestra el tipo de persona que es... Es un tipo que te soluciona problemas. Siempre da la cara y aunque no lleve el brazalete sigue siendo el capitán porque es la persona más importante del vestuario. Siempre se dice que Vallecas no tiene ídolos, pero Trejo es la excepción.

Así se humanizan los futbolistas...

¡Sí! Somos personas normales. Tenemos la suerte de que ganamos mucho dinero, tenemos ese privilegio. Ahora cuando termine la entrevista voy a buscar a mi hijo al cole y me quedo hablando con los padres como hago a diario. Muchas veces se coge la imagen de que un jugador tiene malos gestos y nos meten en el mismo saco. Nos gusta llevar a los niños al parque, disfrutar con la familia y hacer una vida normal.