Dakar 2022
El nuevo viaje de Isidre Esteve hacia la felicidad
El piloto de Repsol afronta desde su Rally Dakar número 17, la carrera de la que se enamoró en África subido en una moto. Ahora, con su Toyota Hilux, quiere acabar en el «top 20»
No hay nada que, literalmente, pueda apartar a Isidre Esteve del Dakar. Se enamoró de esta carrera compitiendo en moto en los tiempos africanos y, de no ser por el accidente que le cambió la vida en 2007, seguiría surcando el desierto sobre dos ruedas. Su lesión medular le «obligó» a reciclarse como piloto de coches, pero no le impidió seguir sintiéndose feliz cada vez que afronta el rally más duro del mundo. A partir del sábado empezará su edición número 17, la séptima en coches y la segunda con el Toyota Hilux Overdrive, en el que tiene puestas muchas esperanzas. Siente que su coche es competitivo y esta vez sí ha podido preparar la carrera como a él le gusta, porque esto va de competir, de ganar y no hay excusas para él. «En 2020, debido a la pandemia, solo hicimos el Rally Andalucía y prácticamente estrenamos el coche en el Dakar 2021. Esta vez hemos podido trabajar muy bien en el coche desde el inicio, realizando varias pruebas y puedo exprimir al máximo las cualidades del Toyota», asegura.
Quiere luchar por el «top 20» e incluso ir un poco más allá si la situación se pone de cara. Él tiene el hándicap de su lesión medular, pero eso no está en su cabeza. Es verdad que si hay un pinchazo no puede bajarse a quitar arena con la pala (eso se lo deja a su fiel copiloto, Txema Villalobos), pero como esto va de ganarle al desierto, hay pocos como Esteve. Se las sabe todas entre las dunas y además el sistema que le permite controlar el coche con sus manos se ha perfeccionado mucho. En el volante tiene tres círculos concéntricos que le permiten girar, acelerar y frenar. Esto último es lo más importante, porque el año pasado no se sentía del todo seguro con el sistema de frenado, y así es difícil arriesgar. Ahora todo está más ajustado y va a poder seguir el ritmo de los mejores.
«Esta carrera es para aventureros y si no lo eres no vas. A mí me enganchó desde el principio», repite siempre. Es un reto en el que crecer como persona y allá que va otra vez, a cruzar los desiertos de Arabia Saudí sin opción de fijarse mucho en el paisaje. La combinación piloto-coche es perfecta en su caso, aunque avisa de que el nivel sube cada año, porque cada vez hay más equipos y pilotos profesionales que elevan el listón. Él tiene el apoyo de Repsol y va a utilizar un combustible de bajas emisiones desarrollado por el centro de tecnología de la empresa energética. Este carburante hace que las emisiones de carbono sean notablemente inferiores sin quitar potencia al Toyota Hilux. «Nuestra apuesta para el futuro inmediato es el nuevo carburante de Repsol, que ya probamos en Marruecos, donde los resultados fueron espectaculares. Durante el Dakar lo volveremos a utilizar para seguir recabando datos», explica el piloto ilerdense.
Esteve volverá a usar el cojín inteligente que él mismo ayudó a crear y que le permitió volver al Dakar en 2017 tras ocho años de espera. Con él puede aguantar sin problema las largas jornadas de conducción y sólo preocuparse de ir ganando puestos en la clasificación. En 2022 le esperan 8.177 kilómetros, de los que 4.258 serán cronometrados y un recorrido con más arena que en otras ocasiones. El favorito vuelve a ser Stephane Peterhansel junto a los nombres clásicos de siempre, y con ellos quiere estar Isidre Esteve para competir cara a cara con ellos.