Después de que Lucas Vázquez abriese el marcador ante el Celta, Rudy Fernández, que acababa de terminar su partido de ACB en Tenerife, escribía en Twitter que el gallego, «siempre en su equipo» y lo llamaba «soldado». No hay mejor manera de definir al extremo del Real Madrid, que ayer en el Di Stéfano sumó su decimosexto partido consecutivo como titular. Sólo Courtois tiene una mejor racha en la plantilla blanca a día de hoy y eso es porque el guardameta lo juega todo y casi nadie se acuerda de que el portero suplente es Lunin.

Pero después del belga, el más imprescindible para Zidane es Lucas y lo demuestra su presencia perenne en las alineaciones del técnico. La racha de Vázquez empezó ante el Mönchengladbach el 27 de octubre y, como se suele decir, hasta ahora. Inamovible desde entonces, con once encuentros jugados de manera completa.

Porque no necesita rotaciones, a pesar de que nunca deja de correr (12 kilómetros hizo ante el Celta), lo que le permite estar en varios sitios a la vez y echar una mano donde haga falta. Pocos futbolistas han tenido tanta confianza de parte de Zizou, que valora la lealtad de su jugador en el esfuerzo. A él le encanta poder devolverle a su entrenador tanta fe y después de haber sido criticado cuando las cosas no salían, ahora lo mismo defiende un balón en su área que aparece en la contraria con el olfato de un delantero para cabecear el pase de Asensio.

Después, en la segunda parte, fue él quien le puso la pelota al mallorquín para hacer el 2-0. Era la segunda asistencia en Liga para Lucas y también su segundo tanto. «Así es el fútbol. Cuando menos esperas da un giro. Estoy jugando mucho y contento con las oportunidades que me está dando el míster», confesaba el canterano, que ante Osasuna volverá a jugar de lateral por la sanción a Carvajal. De su renovación dice que ya se «verá lo que pasa».