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Fútbol

Michael Robinson, el delantero que buscó Osasuna en el mapa

Llegaba de ser campeón de Europa con el Liverpool y no imaginó que su vida ya estaría en España para siempre como comunicador. “Informe Robinson” es su mejor legado

Muere Michael Robinson a los 61 años de edad, su vida en imágenes
Michael RobinsonEuropa PressEuropa Press

Michael Robinson ya había sido campeón de Europa con el Liverpool cuando recibió la llamada de Osasuna. Y Michael, por muchó que buscó, no encontró en el mapa aquella ciudad cuyo equipo había venido a buscarle. Sólo más tarde pudo relacionar el apellido, de Pamplona, con el lugar donde Hemingway había disfrutado de los Sanfermines.

Tenía entonces 28 años y no imaginaba que pasaría más tiempo de su vida en España que en Inglaterra. Había empezado ya la pequeña cuesta abajo que significa salir del mejor equipo de Europa en aquel momento, para fichar por el Queens Park Rangers. Osasuna era una aventura diferente, donde fue feliz. En el fondo aquel equipo pequeño y familiar no se alejaba tanto de los principios que había aprendido en el Liverpool.

Sólo jugó tres temporadas en Osasuna, lo suficiente para convertirse en leyenda. En una época en la que sólo se permitían dos extranjeros hizo historia con el pequeño Sammy Lee a su lado, un centrocampista con el sello del Liverpool como él.

De aquella época le quedó el cariño por Osasuna y por Pamplona y la característica cojera que le retiró de manera prematura. Apenas tenía 30 años cuando anunció su retirada, que llegó demasiado pronto. Igual que su fallecimiento con sólo 61 años.

Con una facilidad inesperada y con su peculiar acento, Robinson pasó de ser “un delantero capaz de rematar un cochinillo”, como lo definió un entrenador rival a uno de los comunicadores más prestigiosos de España. Su camino en el fútbol continuó al lado de un micrófono. Heredó de Jorge Valdano los comentarios de los partidos de Canal + y la presencia en “El Día Después”, un programa que se convirtió en leyenda y en un rito iniciático en el fútbol y el periodismo para muchos jóvenes de los primeros años 90.

Con Nacho Lewin al lado dejó expresiones que lo acompañaron siempre como “más quemado que la moto de un hippie” o “seis de uno y media docena de otro”. Pero su prestigio creció aún más en los últimos años, cuando dio nombre y presencia a uno de los mejores programas de la televisión actual, “Informe Robinson”. El programa de televisión tuvo un hijo menor en la radio, “Acento Robinson”, que se ha ocupado de llevar historias humanas a los oyentes.

Supo siempre que su camino en el deporte, una vez retirado, estaba en los medios de comunicación. Antes de trabajar en Canal+ había trabajado en Eurosport como ejecutivo. También en la radio como comentarista de la Cadena Ser.

Como futbolista ganó la Copa de Europa, en Roma, a la Roma y en los penaltis. Y siempre decía que su mayor preocupación en ese momento era no tener que tirar uno. Era inglés, de Leicester, pero fue internacional con Irlanda en una época en la que no hacía falta ser irlandés de cuna para jugar en aquella selección y que John Toshack, otra leyenda del Liverpool, explicó mejor que nadie. “Si tienes un perro que ha estado de vacaciones en Irlanda puedes jugar con la selección irlandesa”. Aunque su relación con Irlanda era mucho más cercana, su madre era irlandesa.

En el Liverpool formó una delantera histórica con Kenny Dalglish e Ian Rush. Él llevaba el “10” a la espalda. Una responsabilidad menor al lado de la de transportar la Copa de Europa en el camino de regreso a Liverpool. Los jugadores se turnaban para custodiarla y a Robinson le tocó llevarla hasta el avión. Pero se despistó para comprar tabaco a su madre y la Copa se quedó en el Duty Free. El capitán, Graeme Souness, le hizo regresar a por ella. “Fue el esprint más rápido de mi vida”, confesaba.

Repartió su cariño entre Inglaterra e Irlanda, igual que entre el fútbol y el rugby, que también comentó en Canal +. Y en España, entre Osasuna y el Cádiz, donde nunca jugó. Una vez retirado siempre supo que su sitio no estaba ya en el césped. Pero la certeza de sus análisis hizo que Radomir Antic quisiera ficharle como ayudante en su etapa en el Atlético. Ahora los dos se han ido con unas semanas de diferencia y demasiado adelanto sobre el horario previsto.