Antes, con 40 años, la carrera de un deportista de élite no era más que un recuerdo. La preparación, los cuidados, los entrenamientos y sus descansos, la alimentación... cada vez es más habitual que rozando e incluso superando esa edad un deportista siga en activo. Y así va a ser en los próximos Juegos. Ilustres miembros de la edad de oro del deporte español llegarán a Tokio 2021 con los 40 ya cumplidos. Pau Gasol es un buen ejemplo. «Veremos cómo sigue evolucionando todo. Me sigo centrando en mi día a día, en mi recuperación del pie para luego ver qué posibilidades tengo», ha comentado el pívot que está parado desde hace más de un año y que llegaría a sus quintos Juegos con 41. Los plazos de recuperación de su lesión hacían complicada su presencia con la selección este verano. En el próximo veremos...

El caso más extremo es el de García Bragado. El marchador tiene claro que «este pequeño contratiempo» no va a frenar su intención de estar en sus octavos Juegos. Rozará los 52 años, pero él quiere competir en la que será la última vez que los 50 kilómetros marcha estén en el programa olímpico.

Uno que tenía previsto jubilarse en agosto de este año, cuando acabara lo de Tokio, era Raúl Entrerríos, el capitán de la selección de balonmano. Él, como otros veteranos que ya lo han ganado casi todo, gente como Aguinagalde, Viran Morros o Gedeón Guardiola, tiene una cuenta pendiente y es lo más alto del podio olímpico. Ahora prefiere esperar que acabe «todo lo de la pandemia para pensar en el futuro con más tranquilidad». Pero su intención es terminar su carrera con España en los Juegos.

Alejandro Valverde fue uno de los primeros que sufrió los azotes del coronavirus. Su participación en el Tour de los Emiratos se vio interrumpida por la pandemia y él y todo su equipo estuvieron días confinados en un hotel. Eso y el consiguiente parón no han frenado los ánimos de Valverde. Él va a seguir subido en la bicicleta también en 2021 y «si el seleccionador me convoca estaré allí sin problemas. Tengo un año más de contrato y mi intención es correr toda la temporada». Con el mismo ánimo afronta el aplazamiento olímpico Laia Palau. La capitana de la selección de baloncesto llegará a Tokio con 41 años. «Nos va a enterrar a todos», afirma su seleccionador Lucas Mondelo. «Si estoy bien y todo sigue igual, tendrá ganas de ir», asegura ella.

El más joven de todos es el que está llamado a ser el abanderado en el Estadio Olímpico de Tokio, Sául Craviotto. Buscará ampliar su medallero con 36 años, pero antes ya se ha ofrecido para volver a ejercer de Policía Nacional: «He dicho al Comisario de Gijón que si necesita hombres, que cuenta conmigo». El cuatro veces medallista olímpico lo tiene clarísimo: «Me voy a dejar el alma y la vida para dar una alegría a este país».