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La segunda línea pide paso

Molina y Ginés Marín salen a hombros tras lidiar una buena corrida de Conde Mayalde
Molina y Ginés, a hombros en Albacete
Molina y Ginés, a hombros en AlbaceteAlcolea
La Razón
  • Paco Delgado

    Paco Delgado

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Que Albacete es especial, no cabe duda. Y su afición, magnífica. Se refuerza esta aseveración con el hecho de que tras una semana de fiesta, feria y toros, con el machaque que supone estar todo el día en danza, un lunes la plaza vuelva a registrar un aspecto espléndido. Y no fue en balde el acudir a esta novena función del abono, en la que se lidió un muy parejo, y serio, encierro de Conde de Mayalde, con su importancia y su transmisión.
Y dio la cara Molina, que pide paso y lo confirma con hechos. Se lució al recibir de capa al tercero y tras un accidentado segundo tercio, con sus dos banderilleros en apuros, inició su faena en la boca de riego con dos pases cambiados por la espalda. Tuvo luego que tirar siempre del toro, más corto y parado, aguantado las dudas y parones de un animal al que templó y llevó siempre muy toreado, acabando metido entre los pitones antes de tumbar a su antagonista de una estocada hasta las cintas.
Volvió a estirarse a la verónica con el que cerró plaza, que metió los riñones en el largo puyazo que tomó. Se dobló Molina con efectividad para rebajar la acometividad de un antagonista que arremetió pronto y con fijeza, con gran ímpetu y al que no era fácil conducir sus embestidas por briosas. Pero el de Albacete le fue sometiendo poco a poco a base de aguante, valor y temple. Y llevándole siempre hasta muy atrás. Faena seria e importante que amarró con un estoconazo fulminante que le abrió de par en par la puerta grande. Pero nadie se acordó del toro...
También Ginés Marín confirmó su buen momento. Manseó el segundo en varas, saliendo huyendo del peto. Le costó seguir la muleta, cabeceando, echando la cara arriba y punteando el engaño. Por el pitón izquierdo, en cambio, tuvo mas claridad y recorrido, lo que aprovechó Ginés Marín para dejar los mejores momentos de ese su primer turno, en el que toro y torero fueron siempre a más.
Muy firme con el quinto, que exigía mucho sobre todo por el pitón izquierdo. Y por ese pitón llevó a cabo el grueso de su faena, templando y mandando y luciendo luego al torear en redondo.
Cuidó mucho El Fandi a su primero en el caballo. Tanto que ni sangró apenas, preservando la energía del toro para el segundo tercio, su fuerte, exhibiendo unas facultades físicas de campeón olímpico, aunque alguna vez clavase también a toro pasado. Dio luego mucha fiesta a la gente, dejando legar de lejos a su oponente, que tuvo transmisión y fijeza sin que el torero granadino le acabase de someter, llevándole siempre en línea recta y sin rematar atrás los muletazos.
No varió apenas el guion con el cuarto. Repertorio de capa, carrerones para banderillear y luego apenas nada, entre otras razones por que su oponente se paró y se puso a la defensiva, dando pocas opciones al granadino.
Albacete, 16 de septiembre
Novena de feria. Más de media entrada.
Toros de Conde de Mayalde, bien presentados, muy parejos y de buen juego en conjunto, destacando el bravo sexto.
El Fandi (de blanco y plata ), dos pinchazos y estocada, ovación; media, ovación.
Ginés Marín (de lila y azabache), entera caída, aviso, oreja; media, oreja.
José Fernando Molina (de botella y oro), entera, oreja; entera, dos orejas.