Buscar Iniciar sesión

Perera, del trofeo al esfuerzo con mal filo

El extremeño corta la única oreja y sobresale con un toro exigente; Juan Leal se las ve con un gran Fuente Ymbro en las Corridas Generales de Bilbao
Toros en Bilbao
Toros en BilbaoLuis TejidoEFE

Creada:

Última actualización:

Al bochorno que hacía, de esos que en Bilbao son días contados al año y lo de mañana (por hoy) parece ser que será criminal, se le sumaba la especie de bruma que levantaba el toro a su paso sobre la arena, arena negra de Bilbo que no es cualquier cosa. El riego no había ido bien. «Sabueso» fue un gran toro con el que empezar la tarde. La de Fuente Ymbro. Tenía una franqueza tremenda y prontitud en la lejanía. Virtud de la que no sacó provecho su matador Miguel Ángel Perera. Se encontró más cómodo en la distancia media y ahí fue donde le cosió las tandas por ambos pitones, en busca del temple a veces, sólido siempre. Fue de menos a más la labor, con un cierre impecable tanto de toreo como de una estocada en la misma yema. Vino de ahí el trofeo. El primero. (Y único) Ovación al toro, que con ese punto que parecía que en algún momento se podía rajar, no lo hizo, y tuvo calidad hasta el final. Fue ese Fuente Ymbro con el que Curro Javier se había desmonterado.
Espectacular de cara era el cuarto. Ya lo apretó a Curro Javier cuando quiso cerrarlo en el tercio para que Perera comenzara faena. Lo exigió una barbaridad, y con ese porte. No era Fuente Ymbro fácil. En cada embestida se jugaba los muslos, lo hacía a arreones y con elevadas dosis de incertidumbre. Perera tragó, solventó, no plasmó ni una duda y el momento más álgido de la faena llegó cuando ligó una tanda, de esas de dejar la muleta y el toro perseguir. No se violentó ahí el animal. No se merecía el torero lo que vino después. Ni el toro. La mano se fue abajo y resultó una metisaca de los que no dan otra opción. Una pena.
Quitó Juan Leal en la distancia al segundo, como si fuera la primera prueba del tú a tú. Siguiendo el patrón de su toreo nos desbocó el corazón en el comienzo de rodillas en el centro del ruedo con dos pases cambiados. Uno de ellos de esos que en el asiento te quitas. Él no. Luego llegó la hora del toreo fundamental con un toro que empujaba de verdad en la muleta, con calidad, hasta el final y con clase. Buen toro y ahí el toreo no llegó a encajar las piezas de la sobriedad y pudieron los tirones. Volvió por sus fueros para alardear de valor, que le sobra, y torear de rodillas. El toro había tenido una embestida grandiosa; no fueron así los naturales. Extraordinario Fuente Ymbro.
Descastado y de corta arrancada fue el quinto, con el que Juan tiró de valor y se le complicó la suerte suprema. Ya había ocurrido antes.
El tercero renqueaba y protestaba por falta de fuerza, a pesar de que colocó muy bien la cara abajo, pero no hasta el final de la arrancada. A la mitad se revolvía. Leo Valadez, su matador, intentó ganarle la partida en el embroque con la muleta retrasada y apostó por dárselos de uno en uno.
Mucha codicia tuvo el sexto, pero sin entrega. No te podías llegar a fiar, de ahí su exigencia. Lo bueno del toro era que tomaba el engaño por abajo y que era agradecido. Leo aportó voluntad y firmeza en el intento de coger el aire al toro. De aburrimiento no era.
Bilbao. Tercera de feria. El 1º, bueno; 2º, extraordinario; 3º, complicado; 4º, encastado y exigente; 5º, descastado; 6º, complicado. Pobre entrada.
Miguel Ángel Perera, de verde y azabache, estocada arriba (oreja); metisaca, aviso (saludos).
Juan Leal, de azul pavo y oro, pinchazo, estocada, aviso (saludos); tres pinchazos, media, cuatro descabellos (silencio).
Leo Valadez, de verde botella y oro, pinchazo, estocada (silencio); estocada (silencio ).