Humo que no deja huella
El Fandi se llevó las orejas y Ureña puso el toreo en el cierre de fallas
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El bullicio, la alegría, la fiesta de estos últimos días culminó con la cremá de las fallas que han inundado Valencia desde primeros de marzo, recordando, con ironía y humor, todo aquello que afecta, para bien y para mal, a nuestra sociedad. También el serial taurino que se organiza en torno a esta celebración puso hoy el punto final con un bien presentado encierro de Montalvo cuyos dos mejores ejemplares correspondieron a El Fandi, que, sin salirse del papel que tan bien se sabe, logró salir a hombros tras una actuación de la que, como el humo de las fallas al quemarse, mañana no quedará recuerdo.
Blandeó de salida el primero, suelto y sin entrega en el caballo, al que El Fandi, fiel a su filosofía y guion, banderilleó aunque, contrariamente a lo que viene siendo habitual, lo hizo de manera irregular, fallando en un par, clavando muy atrás otro y teniendo que poner un cuarto para compensar. Con la muleta toreó a destajo, instrumentando multitud de muletazos en los que de todo hubo pero abundando la falta de reunión, de quietud y de reposo ante un toro noble y bondadoso. Pero lo tumbó de un espadazo pasado y un punto caído y la gente le procuró una de las orejas más fáciles y generosas del abono.
También salió rebotado del caballo el cuarto, otro ejemplar que luego tuvo un muy buen son y con el que El Fandi repitió argumento. Se hizo ovacionar al banderillear con exhibición atlética y muleteó con abundantes guiños al tendido, despegado, rematando siempre por alto y dejándose puntear la tela con demasiada frecuencia, sin meterse de verdad con un animal que pedía más. Los adornos y el envoltorio convencieron a la masa que volvió a pedir la oreja y le procuró una puerta grande tan generosa como facilona.
Desentendido fue el segundo, distraído, tampoco sobrado de energía y defendiéndose en sus primeras acometidas. Ureña le bajó la mano y los humos, sometiéndole para exigirle luego en una faena que no acabó de tomar forma y que remató con naturales con la diestra antes de recetar un estoconazo hasta las cintas.
El bravucón quinto esperó mucho en banderillas pero llegó repetidor y franco a la muleta. El torero de Lorca fue poco a poco haciéndole, ganando intensidad en un trasteo siempre a más y profundo en una segunda mitad, con dos tandas de naturales extraordinarias. Volvió a cerrar toreando al natural con la derecha, perdiendo la oreja al tardar mucho en doblar el toro y fallar con el descabello.
Emilio de Justo se llevó el peor lote. Echó las manos por delante el tercero, que terminó desarmando al torero extremeño en los lances de recibo. Se le quiso ahormar en varas pero se les fue la mano y el toro llegó muy parado y a la defensiva al último tercio, haciendo inútil el esfuerzo del torero por sacar algo positivo.
Puso en dificultades al peonaje en banderillas el sexto, otro animal deslucido que se lo pensaba antes de tomar el engaño, cabeceando y revolviéndose. Voluntad y ganas no se pueden negar a su matador, pero no tuvo material con el que lucir. Humo.
FICHA DEL FESTEJO:
Martes 17 de marzo de 2024. Plaza de toros de Valencia. Décimay última de feria. Media entrada.
Se lidiaron toros de Montalvo, bien presentados y de juego desigual, destacando primero y cuarto.
El Fandi, de blanco y plata con remates negros, estocada tendida y pasada (oreja); y media estocada (oreja).
Paco Ureña, de coral y oro, entera (ovación); y media estocada, aviso y cuatro descabellos (ovación).
Emilio de Justo, de azul marino y oro, pinchazo, entera (silencio); y pinchazo hondo (silencio).