Lo que se espera de los brotes verdes
Oreja por coleta ante una muy endeble y cómoda novillada de Talavante


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Contrastaba el día, gris, frío, desapacible, invernal, con el ambiente festivo que ya vive Valencia pese a estar aun tan lejos el meollo de las fiestas falleras. Y también hubo ya una aceptable afluencia de público a la plaza de toros para presenciar el primer festejo del abono fallero. Una novillada preliminar solía llevar a poca gente a los tendidos del coso de Monleón. Un tercio de entrada puede que tampoco sea para tirar cohetes, pero dadas la circunstancias y los precedentes se antoja una afluencia esperanzadora.
Abría feria una terna de novilleros, nuevos todos ellos en esta plaza, con nombre, unos más otos menos, y que saben lo que llevan entre manos. Pero el ganado, elegido con esmero y lupa, muy justo de presencia, fuerza y casta, tiró por tierra las ilusiones de todos.
Se lució al torear de capa Aarón Palacio, que se enfrentó a un primer novillo repetidor y noble con el que dejó ver su dominio y técnica en una faena que fue de más a menos conforme se apagaba su oponente, que sólo aguantó un par de tandas. Tuvo el honor de pasear la primera oreja que se concede en esta feria.
Hasta siete muletazos de rodillas enjaretó para comenzar su segundo trasteo, en el que primó la cantidad, sin que su oponente aportase empuje ni emoción, embistiendo sin celo ni fijeza, sin permitir lucimiento alguno, sólo voluntad y ganas. Tardó mucho en matar.
Terciadito y sin fuerza, el melocotón que hizo segundo, careció de cualquier emoción que se le supone a un toro bravo. Tomó el engaño obediente y pastueño, costándole mucho arrancar entre un muletazo y el siguiente. Marco Pérez, que a estas alturas se las sabe ya todas, le llevó sin apretarle ni obligarle, dejando momentos en los que parecía que toreaba de salón. Pese a que su faena fue larga y acabó pesando y que la espada cayó algo baja se apuntó otra oreja.
No tuvo ni fuerza ni recorrido el quinto, con el que el salmantino anduvo reiterativo y machacón y, lo más grave, sin justificar las expectativas puestas en él.
Se fue Juan Alberto Torrijos a recibir a porta gayola a su primero, otro novillo de muy escaso trapío y menos transmisión. Muleteó con oficio y disposición pero le faltó novillo.
Volvió a irse a portagayola a esperar al sexto, manso y al que se le dio muy mala lidia en los primeros tercios. Pero el de Algemesí plantó sus reales y le fue haciendo a base aguante y firmeza, llevándole muy toreado y con temple, sacando todo lo que tuvo y sin dejar que se rajase y matando de una estocada contundente e inapelable. Su faena fue lo mejor de la tarde.
FICHA DEL FESTEJO:
Sábado 8 de marzo. Plaza de toros de Valencia. Primera de la feria de Fallas. Un tercio de entrada. Novillos de Talavante, desiguales de presentación y de pobre juego.
Aaron Palacio, de siena y oro, pinchazo, estocada y aviso (oreja); y tres pinchazos, aviso y estocada (ovación).
Marco Pérez, de blanco y plata, entera (oreja); y pinchazo y estocada (ovación).
Juan Alberto Torrijos, de grosella y oro, pinchazo (ovación); y entera (oreja).
De las cuadrillas destacaron Vicente Soler, Elías Martín y Sergio Pérez.