El esperadísimo regreso de Morante en Olivenza, aplazado para el 22 de marzo

Cuando estamos cerca de dar por finalizado el invierno, aunque no lo parezca por la intensidad de las lluvias, hace seis meses que Morante de la Puebla tuvo que cortar la temporada y dejó de vestirse de torero y desapareció del mapa. Su salud mental era lo primero. Las ideas y venías habían marcado su trayectoria vital. El toro es siempre su objetivo y de ahí la necesidad de no dejar de anunciarse en las ferias, a pesar de que después los partes médicos se fueran sucediendo por las dificultades para cumplir los compromisos. En más de una ocasión ha manifestado que al toro le echa su amargura. Verlo fuera de la temporada es intuir que la cabeza le está ganando una batalla que es complicada. 

Desde entonces, en estos 188 días, ha dejado sus tierras de La Puebla, su Sevilla natal, para irse Portugal, de donde es Pedro, su apoderado y alejado de todo intentar encontrar un poquito de luz, tranquilidad y el camino para volver a torear y recuperar su vida. Son muchos años los que arrastra José Antonio con estos quebraderos. Una auténtica faena. 

Su ausencia es una losa para la afición. Es tan difícil de sustituir que cada baja suponía otra faena para el empresario. ¿Con quién sustituyes a Morante? No cabe pieza a la medida del torero de La Puebla. En esa cabeza que la destruye crece un genio de todos los tiempos y privilegio nuestro vivir el suyo. En Morante vive un decálogo de toreros que él se ha encargado de cocinar a fuego lento. Estudioso de la tauromaquia como es, amante y profundo conocedor de la Historia, su puesta en escena tiene dimensiones al alcance de muy pocos. Un paraíso en el que abandonarse para los amantes de la Fiesta. 

Es por eso que hoy volvíamos a estar de enhorabuena. Es por eso que hoy a pesar del diluvio, de que ayer dejamos la plaza de Olivenza en la celebración de la interesante novillada, en Extremadura como si fuera una auténtica piscina, nos levantamos con el alma llena y suplicando al cielo. 

Se ha trabajado toda la noche para preparar el ruedo, y las previsiones hacían pensar, que igual el destino estaba de nuestra parte. 

Seis toros de la ganadería madrileña de Victoriano del Río esperaban en los corrales para ser sorteados. Pero, a la hora de la verdad, se quiso dar un margen de espera a ver si el viento permitía dar la corrida. Una hora y media tardaron en tomar la decisión y, finalmente, la ansiada reaparición tendrá que esperar. Se mantiene el mismo cartel, pero la nueva fecha será la del 22 de marzo. Habrá que esperar hasta entonces, pero al menos tenemos la certeza de que Morante vuelve.

Morante de la Puebla hará el paseíllo, si el tiempo no lo impide de nuevo, con la corrida de Victoriano, y acompañado por Emilio de Justo, que viene de triunfar en la plaza de toros de Valdemorillo, y Borja Jiménez.