Ni contigo ni sin ti
Román se llevó la única oreja de una floja y desrazada corrida de Juan Pedro Domecq
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Del cartel original sólo se mantuvo El Juli. Morante avisó el día anterior que su muñeca no andaba bien y de Manzanares ya se sabía lo difícil que iba ser que estuviese listo para esata segunda función de la feria. Román y Tomás Rufo les sustituyeron y no fueron pocos los espectadores que se enteraron del cambio ya con el paseíllo en marcha. Pero dio igual, sin aquellos y con estos, la poca fuerza del ganado -un encierro de Juan Pedro Domecq de muy desigual presencia y una blandura desesperante- dio al traste con las ilusiones y esperanzas de todos y sólo la entrega de los toreros evitó un desastre mayor. Cuando falla el toro la fiesta se derrumba.
La espectacular estampa del primero no se correspondió con su poca fuerza, llegando a duras penas en pie al último tercio. El Juli demostró una vez más su capacidad y poderío afianzándole y alargando cada vez más sus embestidas, si bien cuando se echó la muleta a la zurda el animal ya se quedaba muy corto, volviendo de nuevo a la diestra para terminar de apurarle. Lo estropeó todo con el estoque. Se protestó con fuerza al cuarto, cogido con alfileres y que dobló antes de acudir al peto. El Juli intentó sacar lo que pudiese pero fue inútil. No había nada.
Se arrancó de lejos el segundo al caballo y empujó con ganas en el peto. Un alarde que le hizo llegar a la muleta sin humillar y un tanto a la defensiva. Román, que tampoco se templó en los compases iniciales de la faena, se acopló más y mejor al natural, entonándose mucho más en la parte final de su trasteo, aguantando firme los parones de un toro ya agotado y al que le costó matar. Recibió con dos largas de rodillas al escurrido quinto, que peleó con fuerza en varas y, de rodillas en el platillo de la plaza, comenzó una faena que tuvo muchos atibajos aunque siempre muy buena intención y disposición. La poca fuerza del animal condicionó la continuidad y ligazón, sacando el valenciano todo lo que tuvo su oponente a base de empeño y exposición. Un estoconazo fulminante le puso una oreja en sus manos.
Manso y muy flojo el tercero, gazapón y sin entrega hizo sudar a Rufo para que, muy firme y dispuesto, pudiese lucir al natural ya en la segunda parte de un quehacer muy trabajado, afanoso y larguísimo. Se lució al torear de capa al también blandísimo sexto y comenzó a la desesperada su muleteo, poniendo todo de su parte pero sin que su generoso esfuerzo tuviese respuesta de un juanpedro mortecino.
Viernes 21 de julio. Plaza de toros de Valencia. Segunda de la Feria de Julio. Más de media entrada.
Toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación y muy poca fuerza.
El Juli (de corinto y oro), metisaca, pinchazo, ovación; entera, silencio.
Román (de burdeos y oro), cinco pinchazos, aviso, dos descabellos, silencio; entera, oreja.
Tomás Rufo (de tabaco y oro), media, aviso, silencio; pinchazo y estocada, silencio.
Incidencias: En las cuadrillas destacaron Álvaro Montes y Fernando Sánchez.