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José Tomás engrandece su leyenda y aparca la crisis

El de Galapagar dio una gran dimensión en la Plaza de Toros de Alicante y salió por la Puerta Grande tras cortar tres trofeos de los cuatro astados
david garcía
La Razón
  • Paco Delgado

    Paco Delgado

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Hacía tiempo, mucho tiempo -puede que desde 2016, la última vez que José Tomás actuó en la plaza de Alicante- que no se veía tal ambiente en el coso de la Plaza de España y alrededores. Y más que de alrededores habría que hablar de Alicante por completo. Una muchedumbre hormigueaba ante las puertas de la plaza dos horas antes del comienzo de la función. Una hora antes los tendidos presentaban un aspecto que ya quisieran muchos de los festejos que se dan en estos días de apogeo del calendario. El tirón de José Tomás es innegable y quedó patente una vez más.
A la hora en punto se anuncia por megafonía que la corrida se retrasa cinco minutos para dar tiempo a los tardones a que ocupen sus localidades. No fueron cinco, sino siete cuando el de Galapagar, ataviado con un terno grana y oro y recibido con una gran ovación, se hizo presente en la puerta de cuadrillas para iniciar el paseíllo. Y quince cuando saltó a al ruedo el primero de los diez que se trajeron para elegir los cuatro a lidiar. Un ejemplar de Juan Pedro Domecq de correcta presentación con el que su matador arranca las primeras estruendosas ovaciones de la tarde al recibirle a la verónica y, sobre todo, con las chicuelinas con que pone en suerte. Se deja pegar en el caballo, sin más, y vuelve a lucirse José Tomás al quitar por tafalleras.
Impávido, andándole con parsimonia y torería, le saca a los medios para torear en redondo con las plantas ancadas a la arena. Se echa la tela a la zurda pero el animal pierde las manos y cabecea. Tampoco la segunda serie al natural sale del todo limpia y vuelve a la diestra. Por este pitón el de Juan Pedro va mucho mejor y el torero vuelve a pasárselo muy cerca y con emoción. Se vuelca sobre el morrillo y entierra el estoque, que cae trasero y caído. Da igual; los pañuelos afloran casi todos... menos el del presidente.
El segundo, de Garcigrande, largo y serio, evidencia poca fuerza ya de salida y es protestado por la gente. Se duele en el segundo tercio, regatea... Mal estilo. No le importa a su matador, que comienza con estatuarios y con la derecha le va intentando alargar las embestidas. Al natural si saca a hora una serie de trazo largo y ejecución impecable. En la segunda, larguísima, el toro va ya imantado a la franela y arrastrando el morro por el suelo. A la tercera desarma... En la cuarta insiste y le saca a la fuerza todo lo que tiene. Los doblones finales, de cartel. Ahora el acero sí cae en buen sitio y las dos orejas van a sus manos.
El tercero, de Victoriano del Río, altón y bien armado, salió suelto del caballo y apretó en banderillas, llegando muy entero al último tercio. Rebrincado y codicioso. Con poder. Se faja con él José Tomás, que tras algún aviso se lleva una buena voltereta, afortunadamente sin consecuencias. Vuelve a la carga, se pone en el mismo sitio y su oponente, al saberse derrotado, se raja. Aún se luce el torero con las manoletinas de adorno. Se le va la mano y la espada queda contraria y desprendida, lo que no es óbice para pasear otra oreja.
Volvió a lucirse a la verónica con el colorado de Domingo Hernández que cerró plaza. Toro humillado y repetidor al que le da su tiempo pero... el toro no acaba de responder ni de romper hacia adelante. Se arma de paciencia el torero, que quiere redondear una gran tarde pero no hay posibilidad de apurar más de donde ya no hay. De todas formas, todo estaba ya hecho y al éxito de convocatoria hay que añadir otra gran triunfo que hace que lo de Jaén de unos meses atrás quede en anécdota.

La ficha

Alicante. La plaza registró «lleno de no hay billetes». Toros de Juan Pedro Domecq, primero, Garcigrande, segundo, Victoriano del Río, tercero, y Domingo hernández, cuarto. Bien presentados en conjunto y de juego desigual
José Tomás, de grana y oro, que actúa como único espada, entera, (ovación); entera, (dos orejas); entera (oreja); entera, aviso (ovación). De las cuadrillas destacaron Sergio Aguilar y Viotti.