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Silvia Hidalgo se alza con el Tusquets de Novela

La escritora obtiene el galardón gracias a la obra "Nada que decir"
La escritora Silvia Hidalgo
La escritora Silvia HidalgoIván Giménez
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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El retrato psicológico de una mujer es el hilo conductor de "Nada que decir", la obra con la que la Silvia Hidalgo se ha alzado con el último Premio Tusquets Editores de Novela. Así lo ha decidido el jurado en esta ocasión presidido por Antonio Orejudo y formado por Bárbara Blasco, Eva Cosculluela, Cristina Araújo y Juan Cerezo, premio que se ha fallado esta mañana en Barcelona.
"Nada que decir" narra la historia de una mujer enfrentada a sus contradicciones y a la vorágine de la vida moderna, una historia veraz sobre la vivencia del deseo y la pasión, sobre cómo se sobrepone a la crisis de los cuarenta, la ansiedad por el éxito social, el desencanto del hogar y la atracción por lo prohibido. La protagonista aguarda en el interior de un coche a que su ex marido acuda a recoger a la hija de ambos, triste y llorosa en el asiento de atrás. La madre, la que brilla en las páginas de la obra, queda mientras pendiente del móvil y de la cita con un desconocido. Quiere huir de su realidad y marchar a una falsa realidad, una falsa felicidad, pero situándose en el abismo de una relación enfermiza con un directivo de la empresa de quien había sido su marido.
La escritora sevillana, que combina la narrativa con la ingeniería informática, aseguró, tras conocerse el fallo, que "no recuerdo haber escrito esta novela de una manera consciente. Nace de impulsos carnales, de sentimientos que intentamos no abrazar, negativos". Pero, de allí "puede salir algo bonito". "Solemos decir que no nos enfadamos, que no nos ponemos tristes. En esa vulnerabilidad hay una búsqueda de la inocencia, a cosas más puras y simples".
Para Bárbara Blasco, "me fascinó el estilo, el trabajo con el lenguaje. Tiene una calidad muy buena". Otra miembro del jurado, Eva Cosculluela resaltó que la narradora "usa un tono muy fresco, descarado y con mala leche. No hay que ir al buenismo si las cosas nos van mal". Por su parte, Cristinas Araújo, ganadora de la pasada edición del premio resaltó que "me llamó mucho la atención cuando lees una novela sobre frustración no se centra en cosas que hay alrededor. Aquí no, hay una fotografía completa del momento de una mujer. Es un conjunto sincero".
El presidente del jurado, Antonio Orejudo, también aplaudió el hecho de que en el libro "hay una voluntad de estilo brutal. La mujer que habla es implacable consigo misma. Detrás de estas novela hay muchas horas de picar piedra, eliminando lo que sobra y yendo directamente a lo que se necesita". A ello respondió Silvia Hidalgo que "el tono me surgió solo. Me gustó tono airado y enfadado. Esa pulsión de violencia e ira me parecía interesante si trataba un poco mal a la protagonista, un poco mal de lo que se trata ella. Hay honestidad en la mirada. Para escribir este libro habré escrito el triple. Ha habido mucho trabajo de reescritura".
La ganadora , seguidora de autoras como Elfride Jelinek, Ariana Harwicz Marguerite Duras u Olga Tokarczuk, comentó que el título surge de una relación que tiene la protagonista "por protegerse, por no sentirse vulnerable, no tiene nada que decir cuando tiene mucho que hablar. Ese dolor lo transforma en ira. Las palabras que antes significaban algo, ahora no tanto. Deben estar dentro de un contexto".
La obra de Hidalgo, que es su tercera novela, destacó por encima de las 672 presentadas a la edición de este año de un premio dotado con 18.000 euros y una estatuilla de Joaquín Camps. "Nada que decir" llegará a las librerías el próximo 18 de octubre.

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