¿Por qué la RAE alerta sobre el sistema educativo? Así fue el desastre del informe PISA 2023
La falta de niveles de exigencia tanto para profesorado como para alumnado es uno de los aspectos que advierten desde la institución dirigida por Muñoz Machado
Madrid Creada:
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La postura que ha adquirido la Real Academia Española (RAE) es tajante: reclama la necesidad de articular un pacto de Estado en materia educativa que permita salvaguardar el buen uso, el conocimiento y el aprendizaje del español y de la enseñanza de la lengua y literatura. Se trata de una advertencia y, en el fondo, petición, que llevan a cabo tras una serie de análisis realizados por la propia institución: ha estudiado textos ajenos a ella, ha valorado la situación de "un buen número de profesores" de enseñanza media, y ha repasado a fondo el famoso informe PISA. Pero, ¿por qué la RAE alerta sobre el sistema educativo? ¿Cuáles son los problemas o fallos a los que quieren dar solución?
En la tierra de Cervantes, del Quijote, de Lope de Vega, de García Lorca y de Machado, no deberían de existir problemas referentes al lenguaje y la literatura. España debería ser un país que presumiera de su cultura, de su alto nivel de conocimientos alrededor de esta manera. No obstante, esto no es así ni de lejos, y eso lo tilda Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, como "un problema serio". Ya se formó una ligera idea de la gravedad de la situación con el reciente informe PISA, pues informó de hasta qué punto el nivel de los estudiantes había bajado respecto a años anteriores. Este documento nació en el 2000 y se publica cada tres años. Se trata de la prueba educativa más importante del mundo, y se concentra en la evaluación de tres áreas: las competencias lectora, matemática y científica. Su objetivo es el de permitir a los países supervisar adecuadamente su desempeño, así como valorar el alcance de las metas educativas. Pues bien, el elaborado en España este 2023 ha resultado ser un desastre: los alumnos españoles del último curso de la ESO han registrado los peores datos de la última década, bajando 8 puntos en matemáticas respecto a la edición anterior, así como han retrocedido tres en comprensión lectora.
Este descenso del nivel viene acentuado en gran medida por los años del Covid, según se indica del propio informe PISA, que subraya "el innegable impacto en el bienestar socioemocional del alumnado", y cabe destacar que el bajón ha sido menor en España que en otros países de la OCDE. No obstante, esto no aminora la preocupación sobre el sistema educativo, pues cabe destacar que en la competencia matemática el rendimiento ha caído 11 puntos respecto a los datos de 2012.
El batacazo ha sido, por tanto, global, pero aún así lo que a la RAE le preocupa es el caso español: "Hemos constatado carencias objetivas en la comprensión lectora y fluidez verbal en los jóvenes", confirmaba Muñoz Machado, "también carencias en el conocimiento de las lenguas cooficiales y extranjeras o la marginación de las lenguas clásicas en los currículos", por lo que buscan "agitar conciencias". Por su parte, el académico Pedro Álvarez Miranda daba en el clavo, explicando que el declive del dominio del español y su historia entre los jóvenes responde a dos motivos: "La relajación de los niveles de exigencia para ser profesor", ya que en las oposiciones para serlo "se baja la nota por las faltas de ortografía y de acentuación, a pesar de estar asumido que si un profesor comete faltas de ortografía no puede ser profesor hasta que deje de cometerlas". Asimismo, pone el foco en "la relajación en el nivel de especialización del profesorado", una rémora que se remonta al momento en que se crearon las asignaturas afinas, aquellas que pueden ser impartidas por un profesor no especializado. Con esto, no pierde de vista que "la retribución de los profesores es baja y la carga lectiva es elevada. Eso es una barbaridad para la calidad de la enseñanza".
Hay, con todo, propuestas de solución. Los malos resultados de PISA y esta advertencia de una institución de renombre como la RAE han servido para mantener la guardia bien alta, y para comenzar a valorar hasta qué punto no es positivo que "se sustituya el razonamiento por la libre expresión de las emociones", entre otros aspectos, subraya la institución. Por tanto, la Real Academia solicita el incremento de prácticas escritas y de expresión oral, el fomento de procesos argumentativos y de pensamiento crítico con recursos, como debates en las aulas, así como el uso de nuevas tecnologías como nuevas herramientas, y no como sustitutas. Proponen reconsiderar las fórmulas de evaluación de los estudiantes, y aboga por incluir la enseñanza de las lenguas clásicas en todos los planes de los alumnos, no solo en el Bachillerato de Humanidades, así como posibilitar que los alumnos de todas las Comunidades Autónomas adquieran nociones elementales de todas las lenguas cooficiales.